La etapa de hoy en el Tour de Francia (entre Wanze – Arenberg Porte du Hainaut , de 207 kilómetros) puede que sea peor que las anteriores y, no por su dureza, sino por su posible desenlace: ciclistas magullados, lesiones, etc.

La organización de la carrera ha optado por unos tramos de pavés (adoquines) al final de la etapa en el que no se verá quién va ganar el Tour, sino quién lo puede perder. Será lo más parecido a una clásica donde se hará una selección. En 2004 también incluyeron paves en la carrera, pero no en los últimos treinta kilómetros de etapa. En total, 13,2 kilómetros de adoquines. En la página de la organización se puede leer que, de esta manera (los pavés al final) prevén que haya menos diferencia de tiempo entre los competidores y, al mismo tiempo, “un final nervioso”. Para dar espectáculo durante 30 minutos está muy bien, y, ¿luego?

¿Interesa hacer una selección en la tercera etapa? ¿Le conviene a la organización una posible caída de los favoritos? Imaginemos que se cae Armtrong, Contador y Andy Schleck (este último corredor teme los pavés debido a sus lesiones en las manos), algo muy posible si vemos cómo han ido las etapas anteriores. Si se quedan fuera de la carrera las audiencias y el espectáculo puede que lo tengamos que ver entre otros corredores, y el “morbo” Contador contra Armstrong, por ejemplo, no lo podremos ver.