Hoy cedo este espacio a un joven periodista (Bruno Vergara) muy aficionado a la bicicleta y que irá apareciendo por aquí con algunos artículos muy interesantes y gráficos ilustrativos:
Una lesión (ampliar gráfico) es una de las cosas en las que no quiere ‘caer’ un corredor. Existen de muchos tipos: por caídas, entrenamiento excesivo, malas posturas, etc. La vida profesional se puede ver truncada. Marino Lejarreta, ciclista vasco, dejó el ciclismo por culpa de una caída en el Gran Premio de Amorebieta en 1992. El peligro es constante. A velocidades de 40 o 50 kilómetros por hora, caer al suelo puede producir numerosas lesiones.
Entre éstas, la más común es la rotura de clavícula. Es una de las más típicas estadísticamente. El corredor a las velocidades que va, cuando cae, la parte más lejana del suelo es la clavícula, que recibe un gran impacto provocando la fractura. Además, por acto reflejo, cuando un ciclista cae, saca las manos para protegerse, dejando la clavícula sin protección alguna. Del mismo modo sufren los hombros. La cabeza, en cambio, está protegida por el casco. Todos los ciclistas tienen las rodillas y la cadera marcadas a causa de las caídas. Cuando se caen lo hacen para un lado o para otro, cadera, hombros, rodillas, clavículas, etc. De esta forma un corredor siempre tendrá marcadas las rodillas por quemaduras, causadas por la rozaduras y la gran velocidad a la que circulan.
La rodilla
Lesiones de rodilla si hay, pero más desde el punto de vista de tendinitis o sobrecargas. Esta lesión repercute seriamente al corredor, que en ocasiones debe permanecer parado sin poder entrenar, siendo muy duro para él. “Te sientes impotente por no poder hacer nada”, explica David Larriba, corredor del equipo Suminan Kloplad Uni2. Esta lesión generalmente se produce por los cambios de posición. Muchos kilómetros con una altura de sillín a la que se a c o s – tumbra no debe ser modificada por poco que sea, incluso apenas sea unos milímetros. Por tanto, los cambios que se realicen en las medidas se deben hacer de forma progresiva y así comenzar el trabajo de forma lenta, es decir, realizando pocos kilómetros. También se puede producir por condiciones meteorológicas adversas como frío y lluvia al que el ciclista está sometido.
La espalda
Se lesiona pero muy a largo plazo. No se dan de repente sino que se desarrollan con el tiempo. La espalda del ciclista sufre poco a poco, con sobrecargas que a largo tiempo pasan factura. El tendón de Aquiles entra dentro del grupo de las tendinitis, pero raramente se lesiona. Los forúnculos. Desde el punto de vista médico‚ “no es una lesión”, explica Josu Larrazabal, preparador físico del equipo Euskaltel. Los forúnculos se producen por cambios de sillín o cambio de la badana del culotte.