A Mario Cipollini le roban las bicicletas. Podría haber sido un buen titular – como sucedió con Lance Armstrong en 2009-, el caso fue que se trató de una broma televisiva del programa italiano ‘Scherzi a parte’ de Canale 5, en junio de 2004.

Antes de comentar el vídeo, me gustaría dedicarle unas líneas a Mario Cipollini. El gran sprinter italiano ha sido siempre conocido a parte de por sus 189 triunfos, por su forma de dar la nota: como era el caso de las prólogos del Tour de Francia, en los que se endosaba buzos de contrareloj muy variopintos. Le ponían una multa, pero él ya había dado el cante.

Una de las anécdotas que más me sorprendió fue su breve participación en la Vuelta a España 1997, en la que abandonó la carrera por una enfermedad. ‘Il Bello’ tenia algo mejor que hacer: le esperaban en el jurado de miss Italia. Más tarde, en la Vuelta 03′, obligado por su equipo (Domina Vacanze) a participar, sólo corrió una etapa. A la conclusión de ésta hizo una fiesta en Asturias.

Aquí os dejo, para aquellos que no entiendan algo, una breve aclaración sobre lo que va sucediendo en el vídeo.

En su entrenamiento diario, el mecánico del equipo le dice que ha llamado su mujer diciendo que unos gitanos a bordo de una autoracavana le han robado las bicicletas. Cipollini, algo sorprendido, pone rumbo a casa cuando, de repente, los gitanos le adelantan. No voy a traducir lo que dice el ‘Rey León’. Os lo dejo para la imaginación…todo piropos. Porca puttana, testa di cazzo, chilla Cipollini, y comienza a tirar como nunca antes lo habría hecho. No les puede dar caza. Es una fuga poco habitual para él.

Al llegar al cobertizo donde los supuestos ladrones se esconden con las bicicletas, el sprinter italiano se enfada cada vez más. Le piden que si no tiene dinero que les de un reloj. Dicen que están trabajando y que han comprado las bicicletas (una con la que ganó el mundial de Zolder) por 200 euros a un albanés. Cipollini responde: “Vieni fuori che ti do 200 legnate, testa di cazzo”. Comienzan a amenazarle con romper las bicicletas. Le dicen que han roto la rueda , y se la tiran para que haga el ulahop.

Al final coge un palé y consigue subir por la puerta en la que se esconden los gitanos. Tras pasar y sin mediar palabra, comienza a golpear al supuesto ladrón que, parando los golpes como puede, comienza a decir “broma, broma”, pero Cipollini no para hasta que le dicen el nombre del programa, a lo que responde el italiano: “Mi importa una sega ‘Scherzi a parte’”.

Todo termina con una sonrisa forzada de ‘Il Bello’, que haciendo gala de su chulería, se pone las gafas como si nada hubiese pasado. Che grande Mario!