Si hay un país en el mundo occidental que se caracteriza por el uso de la bicicleta como alternativa real al coche, es Dinamarca.
En el país europeo se celebrará la Cumbre Mundial del Cambio Climático en Copenhague donde se pretende buscar un marco sucesor al Protocolo de Kioto (1992), el compromiso al que se sumaron la mayoría de países desarrollados, (excepto EEUU), para limitar sus emisiones de CO2 y que expira en 2012.
Los daneses son un país de dos ruedas, con más del doble de bicicletas que de vehículos por persona y con una localidad como Odense nombrada por la Comisión Europea de Ciclismo la ciudad nacional de la bicicleta, se promociona como el anfitrión perfecto.
Un país de 43.000 kilómetros cuadrados y más de 2.000 kilómetros de carril bici en la que la mitad de la población utiliza la bicicleta a diario.
Aquí las actividades rutinarias como ir a hacer la compra, llevar a los niños al colegio, son actividades que se realizan en bicicleta y a cualquier edad. Los ciudadanos pueden acceder de manera gratuita a bicicletas en las principales arterias de las ciudades.
Y el tiempo no es excusa. Con inviernos gélidos y veranos templados no es obstaculo para promover el transporte limpio y sostenible. Un ejemplo de concienciación ciudadana muy lejos de nuestra cultura automovilístaica que nos “obliga” a coger el coche hasta para bajar a por el pan.