La crisis toca todos los palos y el ciclismo, un deporte castigado en los últimos años que empieza, gracias a Dios y a Contador, Samuel Sánchez y Sastre entre otros, no iba a ser menos. En Euskadi contábamos con citas ineludibles para los aficionados al ciclismo profesional. Seguramente las dos más relevantes: Vuelta al País Vasco y Euskal Bizikleta. Pues bien, como si de un anuncio televisivo de reconocidas marcas de supermercados se tratara: 2×1. De un plumazo la falta de apoyos, esto es dinero, ha hecho que se fundan las dos carreras en una.

Pero para no ser demasiado pesimistas, y más siendo viernes, prefiero fijarme en el resultado final y en disfrutar de los mejores ciclistas profesionales del mundo que rodarán por nuesta tierra. Carlos Sastre es uno de ellos, vencedor del Tour de Francia, afronta la Vuelta al País Vasco con ilusión y con la intención de “sacar importantes conclusiones a su preparación de cara al Giro de Italia”.

“Es la última prueba por etapas que corro antes del Giro y espero notar ya la acumulación del trabajo realizado”, aseguró Sastre, quien fiel a su costumbre tratará de hacer coincidir su pico de forma con sus grandes objetivos grandes objetivos.

Sus retos de este año son tres: Giro, Tour y Mundial. “Cada día que pasa voy notando mejores sensaciones. La Vuelta al País Vasco, por sus características y su dureza, es como un Giro concentrado. Espero terminar de afinar en esta carrera, porque después sólo correré la Amstel Gold Race y la Liège-Bastogne-Liège antes de tomar la salida de la ronda italiana”, comentó Sastre.

Sobre el trazado de la Vuelta al País Vasco, Carlos Sastre destacó la primera y la penúltima etapa, “que pueden ser dos auténticas trampas”, y la contrarreloj final, “que recupera su tradicional dureza y que es mucho más técnica que de fuerza”, lo que le beneficia.

Respecto a su papel en la carrera, se limitó a comentar que espera hacerlo bien y comprobar que sigue en el buen camino “para llegar a la salida del Giro en las mejores condiciones”.