Entrenar todos los días, ir a una carrera y quedar descalificado en el kilómetro 40. Esta historia se repite muy a menudo entre los corredores aficionados que, pese al esfuerzo y, sobre todo, ilusión, no llegan al nivel de sus competidores.
Por ello, en la temporada 2011, que acaba de comenzar en Euskadi, los corredores guipuzcoanos que estén en su primer año como amateur, donde el cambio de categoría se nota muchísimo, los ciclistas podrán competir en las pruebas de juveniles de Guipúzcoa.
Con esta iniciativa esperan que muchos ciclistas puedan acoplarse a la categoría amateur que, si ya es difícil de por sí, se ha eliminado el torneo lehendakari –para jóvenes de 19 y 20 años- y se ha instaurado el Torneo Apertura, que sólo tiene tres carreras, haciendo que los ciclistas más jóvenes compitan en pruebas sub 23 o élites. Estas subcategorías, por llamarles de alguna manera, ayudaban a muchos corredores a adaptarse a sus nuevos rivales. Ahora ya no; corredores que no encontraban un hueco en las plantillas de los equipos amateurs, podrán seguir corriendo sin tanta presión.
Algunos corredores estarán a favor, sobre todo, a los que más les beneficia esta iniciativa; pero habrá juveniles que no estén a gusto corriendo con gente mayor. Alés Salvador, seleccionador juvenil de Vizcaya, no es partidario de la nueva iniciativa y es rotundo: “Me parece mal”. Ante el gran cambio que supone para los corredores el paso de juveniles a aficionados, Salvador dice que “cada edad tiene su categoría”. “No se puede poner a ciclistas más desarrollados a correr con chavales que están en proceso de crecimiento”.
En muchas carreras de aficionados en la línea de salida hay 100 ciclistas y llegan a meta 30. Imaginaos un corredor de 18 años que va a una carrera y ve a ciclistas veteranos, de 24 o 25 años, con una gran experiencia y ya “rodados” qué puede hacer. Tenemos claros ejemplos de corredores (Intxausti, Rojas, Castroviejo, entre otros) que no sólo aguantaban el envite de los “gallos”, sino que, en algunas ocasiones, estos les hacían pasar canutas a los mayores, aunque no es la norma.