Con razón dicen que el País Vasco es cuna de grandes ciclistas y que la afición a la bicicleta es casi tanta como al fútbol. Nos despertamos hoy con la noticia curiosa del día.
“Un ciclista vizcaíno quiere implantar la moda de subir puertos hacia atrás”
Alexander de la Huerta, un vecino de Basauri de 22 años, ha subido en bicicleta sentado hacia atrás los puertos de Urkiola y de Orduña, y ha explicado que continuará ascendiendo montañas con esta técnica en un intento de crear tendencia con esta modalidad.
Electricista de profesión, de la Huerta subió ayer, en 51 minutos, los más de 5 kilómetros de recorrido del puerto vizcaíno de Urkiola. Lo hizo sentado en el manillar de su bicicleta y pedaleando en todo momento de espaldas a la cumbre.
Hace tres años, tardó una hora y 8 minutos en subir con esta peculiar forma de andar en bicicleta el puerto de Orduña, de 8 kilómetros, aunque de menor dificultad que el de Urkiola, según ha destacado.
En sus hazañas, utiliza una bicicleta de paseo de 30 años de antigüedad a la que ha colocado un sillín en el manillar y brazos para agarrarse. Sentado hacia atrás, se desplaza acompañado de un ciclista de apoyo que pedalea de la forma convencional y que en todo momento le advierte de la llegada de nuevas curvas, el paso de vehículos o de la necesidad de situarse más a la izquierda o la derecha de la calzada.
Alexander puso en práctica esta peculiar forma de andar en bicicleta hace cuatro años cuando vio a algunos ciclistas americanos utilizar el desplazamiento en llano.”Es una modalidad que también tiene sus riesgos, porque puedes marearte, tienes que estar muy atento al arcén, al paso de los vehículos”, ha asegurado el ciclista.
Sin embargo, este joven se siente “muy orgulloso” de subir montañas mediante esta técnica, que mucha gente tilda de imposible para llevarla a la práctica.
De la Huerta, que presume de la fuerza de sus piernas, confía en seguir subiendo nuevos puertos sentado hacia atrás para continuar “probándose a sí mismo” y, en un futuro, poder “hacer algo grande” e instaurar una marca que pueda ser reconocida por el Libro Guinness de los Récords.