La vida de los sprinters en el ciclismo no tendría sentido sin la de sus escuderos, sin sus lanzadores. El Tour de Francia es el escaparate mundial del ciclismo y allí es donde se dan cita los “killers” de las llegadas. Para ganar un sprint hay una cualidad básica y es que tienes que ser rápido, muy rápido, pero no necesariamente el más rápido. Hay que ser listo, saber posicionarse, coger la rueda correcta, ser habilidoso y un importante componente de suerte. Pero además de todo eso hay que tener un equipo detrás y por último un lanzador de garantías.
Todo esto que pueden parecer obviedades nos sirven para describir la primera victoria de Mark Cavendish en el Tour 2009. Ganó por que fue el más rápido, también fue listo al estar en las primeras posiciones durante los 2 últimos kilómetros, supo coger la rueda buena, la de sus lanzadores de equipo, tuvo suerte y evitó la caida en los últimos metros y además tiene a un lanzador de garantías como Mark Renshaw.
Koldo Fernández fue la otra cara de la moneda. En su primera aparición en un sprint en el Tour de Francia se fue al suelo. Entre las diferentes circunstancias que se produjeron me quedo con una, Koldo está sólo y así va a ser muy complicado verle con los mejores.
La baza española de Freire se antoja como la más fiable. Si tenemos que destacar dos cualidades del cántabro son su inteligencia en carrera y tener buenos lanzadores a su vera. Ayer no estaba el malogrado Horrillo y Flecha tampoco pudo estar a su lado por el corte producido en la caída, pero seguro que le veremos peleando por ganar etapas en esta edición.