No tenía pensado hablar sobre el tema. Siempre he defendido el ciclismo limpio, pero tan limpio como el resto de deportes, muchos de ellos libres de toda sospecha con pruebas manifiestas (recuerdo un video de Cannavaro con la Juve). «Existen indicios de la comisión de un delito contra la salud pública», ha sido la argumentación del tribunal.

Según los informes un total de ocho personas han declarado como imputadas durante la instrucción del sumario: los médicos Eufemiano y Yolanda Fuentes y Alfredo Córdova, el hematólogo José Luis Merino Batres, los directores deportivos Manolo Saiz, Ignacio Labarta y Vicente Belda, y el auxiliar Alberto León. No obstante, esto no significa que todas ellos van a ser procesados. El juez debe estudiar ahora los escritos de acusación de todas las partes y decidir. El delito está castigado con penas de seis meses a dos años de prisión.

¿Por qué se abre precisamente ahora?

Los escándalos sobre el dopaje en el ciclismo no dejan de copar la actualidad deportiva en los medios de comunicación durante la temporada. Y parece que ahora nada más comenzar un nuevo año, volvemos a las andadas: CICLISMO=DOPAJE. Este deporte se ha convertido, definitivamente, en la cabeza de turco sobre la que muchos quieren lavar su conciencia, un auténtico muñeco de pim-pam-pum para quien más, quien menos, quiera alardear de legalidad y otras virtudes.

No importa si, días tras día, salen a la luz casos de dopaje que afectan a multitud de disciplinas deportivas. El ciclismo, y los profesionales de este deporte, se han convertido en la diana perfecta. Demasiado incómodo hablar del tema en otros terrenos. ¿Qué tal el fútbol?

El tratamiento que los asuntos de dopaje han adquirido en lo que al ciclismo se refiere sigue guiándose por los parámetros del sensacionalismo y la superficialidad, mientras se ignora el problema del dopaje como tal y su relación con otros deportes, cuando no otro tipo de escándalos, como el de la adulteración absoluta de una competición, léase el Calcio italiano… Un “presunto dopado”, más o menos implicado en la Operación Puerto, repitiendo algunas de las expresiones que se pudieron leer y escuchar , no tiene esa suerte en su deporte. Y mucho menos, en los medios de comunicación, donde es linchado sin piedad. Esa es la hipocresía.