Comparto con Orbaiz que no debemos volvernos locos por la derrota de Mallorca. Un Athletic resacoso por el parón navideño y falto de fuelle nos recordó que en esa mitad alta de la tabla que habita le queda mucho por aprender. El Mallorca tiró de oficio y sumó su octava victoria en casa, donde no hay quien le empate. El Athletic sólo se trajo de las islas una ocasión clara, ésa en la que una legión de rojiblancos no pudieron con los escasos defensas baleares que reculaban y en la que finalmente erró Llorente.

Con tal diferencia de juego y pericia, llegó el 1-0 en un balón que golpeó en Amorebieta y se coló por la escuadra. Y el abismo entre los dos contendientes se hizo aún mayor. En el 2-0, Aduriz no quiso hacer sangre y se negó a celebrarlo -una de esas chorradas que están de moda- y para evitar enfadar a su grada corrió a agradecer un pase que, siendo bueno, no explicaba su gol. Pues bien.

Tengo ganas de ver que sucede este enero. Creo que nuestro primer trimestre ha sido tan positivo en parte por un brillante rendimiento físico. A ver qué tal nos responden las piernas en la cuesta de enero.