Hoy, el compañero Óscar Terol escribe en su blog un ‘post’ muy recomendable ahora que el debate a tres bandas Ayuntamiento-Gobierno vasco-Athletic, BBK y Diputación mediante, está tomando tintes poco divertidos. Lo que rodea el estadio -en sentido literal- está libre como el viento y algunos han decidido empezar con el reparto público de la tarta antes de poner la primera piedra.

La caja de Pandora la destapó Azkuna cuando dijo aquello de que “hemos cedido más metros para el estadio para que el Athletic genere más dinero, ingresos”. Y apostilló “Money, money”. Idoia Mendia, portavoz del Ejecutivo vasco, ha tardado poco en salir al paso de aquellas afirmaciones y amenazó ayer con retirar los 55 millones de euros prometidos si sus exigencias de “carácter público” no se cumplen. Dicen los que saben que todo este embrollo se quedará en nada. Que tiene más que ver con aplacar las críticas al dinero público que llega al Athletic.

Yo, en este caso, discrepo del post de El Cascarrabias y sí creo que el fútbol genera unos beneficios a la ciudad (en mayor o menor medida). Y si no, que se lo pregunten a los bares de Pozas y de la zona de San Mamés, a los hoteles que albergan a los hinchas rivales y a los restaurantes más caros de la villa, donde no había manera de comer, no ya en la final, sino en la semifinal de Copa. Y lo veremos pronto otra vez con los partidos de UEFA y lo veíamos cada año en los derbis (hasta el descenso de la Real). Y hablando de beneficios para la villa: 5.600 puestos de trabajo no son una cifra desdeñable.

Lo que no puedo comprender es que, a estas alturas del negocio (gráfico del proyecto), no hayan aclarado los responsables de las cuatro partes (Athletic, Ayuntamiento, Diputación y Gobierno vasco) qué usos darán a esa zona. Y mucho menos que, un día después de la presentación, tengan la necesidad de mandarse cartas. Por eso, les insisto, la mejor opción es darse al humor.