En el proyecto del nuevo campo de San Mamés constaba que el estadio podría albergar a 58.000 personas. Finalmente, el recorte presupuestario -60 millones de euros en un presupuesto de total de 175- se llevará 5.000 localidades. La noticia, publicada hoy en EL CORREO, me deja cierta tristeza.
El campo actual da cabida a 40.000 personas y el incremento de localidades previsto -18.000- se ha reducido en 5.000. Un 27,7% menos. Es una lástima, supongo que obligada por las cuentas, pero que afectará incluso en ese aspecto: rebajará los ingresos de años futuros. Siete mil socios más pueden quedarse cortos a medio plazo. Al menos, para los optimistas. Y los que tienen una visión más negativa de lo que nos espera, seguramente no habrían apostado por un nuevo campo.
Esperábamos un estadio para el futuro, con la seguridad y la comodidad que eso presupone. Lo será. Pero con un 27,7% menos de futuro.