No debutó Muniain, Villa volvió a maravillar y bajó –con sorpresa- el Betis. No surge espontánea ni la palabra Athletic en el resumen de la jornada. Se jugaba poco y era un partido perfecto para probaturas. Quizá por su excesiva juventud, Iker Muniain no tomó la alternativa. Otros cambios de posición (Javi Martínez central, Gurpegui de pivote) se me hacen más difíciles de comprender. No le entendió ni el navarro, que deambuló perdido hasta el descanso. Tampoco supimos, una vez más, acabar con ‘once’. Cuando uno se juega la vida en cada lance, se puede comprender la desproporción, que a uno ‘se le vaya la mano’, como diríamos coloquialmente. No es el caso de la expulsión de Balenziaga. El regalo por 2-0 del Athletic al Valencia los deja en la UEFA, que en aquellas tierras sabe a poco. Les veremos en Europa. Casi da miedo pensar que la medida de esa competición sea la de un Valencia tan superior al bloque de Caparrós.