Despega el Athletic. Y su afición casi levita viendo al equipo duodécimo (en su primera acepción y no, como en la segunda, reducido a una pequeña parte de sí mismo). Ganó en ‘territorio comanche’, en ese Benito Villamarín renombrado con el ego de Ruiz de Lopera. Venció en una jornada propicia, que abarató el precio del ascenso en la tabla hasta lo inimaginable hace muy poco. Qué tranquilo acaba el año gracias al ‘sprint’ final. Hasta Caparrós se santiguó al escuchar el pitido final.
Hasta entonces se sufrió, como es costumbre en esos lares. Dos lesiones en los primeros minutos -David López y Murillo, que volvía al ‘once’- no auguraban nada bueno. Pero el Athletic parecía decidido a no marcharse de vacío de tierras hispalenses y se sobrepuso. El gol que abría el marcador vino precedido de un grave error en defensa de Aitor Ocio, reconvertido en un veloz contraataque, que rozó el delirio con la chilena de Etxeita y que acabó en gol tras un testarazo de Javi Martínez a pase de Susaeta. Corría el minuto 40 y el resto se nos iba a hacer eterno.
Vélez pudo haber desahogado la situación en el minuto 25 de la segunda parte, pero erró su clara ocasión de gol. Pocos minutos después, Javi Martínez se aturulló en una melé al borde de la línea de gol. Ni el jugador navarro ni Etxeita pudieron ganar ese metro que faltaba con medio Betis a sus pies. Pavone nos puso los pelos de punta a falta de cinco minutos. Se quedó solo pero desperdició demasiado tiempo ante Iraizoz, que jugaba bajo los palos del delito (contra su compañero Armando). Faltaban todavía tres largos minutos de descuento, que terminaron con otros tantos puntos en nuestro casillero. Remonta el vuelo el Athletic en puertas del 2009. ¡Feliz año a todos, más que nunca!