El encuentro del Athletic en Valencia sorprende por lo similares que fueron sus dos tiempos. En ambos, uno de los dos equipos controló el partido y creó juego hasta que al borde del final el rival marcó. En la primera parte, jugó el Athletic y marcó el Valencia. En la segunda, justo al revés.
Del sábado pasado, me quedo con el pundonor que mostraron los rojiblancos, con la apuesta ofensiva de Sarriugarte en los cambios, con el gran trabajo de un Aduriz que se desfondó. El técnico gana crédito esta semana -así es el fútbol- mientras el equipo afronta un encuentro clave en pocos días frente a un rival directo: el Espanyol de Valverde. En el Lluis Companys, más aún que en Mestalla, es donde debe dar su nivel el Athletic, donde debe confirmar que su cambio de imagen es real y que nada tiene que ver con si se enfrenta a David o Goliat.