Da la sensación el Athletic de ser un rival intratable, uno de esos que lo tiene todo. Letal en ataque, férreo en defensa, con las ideas claras, jugando bien y además con el viento a favor que da una racha de victorias. Las dos últimas, 4-0 en Copa frente al Albacete y 3-0 ayer ante el Levante, lo llevan en volandas a la parte alta de la tabla y lo meten en la lucha por los puestos de Champions. Por si esto fuera poco, la Copa ha vuelto a la cabeza de los vizcaínos, que esperan –esperamos- acercarnos el miércoles a San Mamés para ver cómo el Athletic vuelve a poner pie y medio en la semifinal. Este Athletic de Bielsa, superadas las dudas de sus inicios, irradia optimismo. Y nada nos hace más falta en estos tiempos.

Ayer fue un día más en esta dulce etapa que vivimos. Tras los golazos de Herrera y el Toquerazo en Copa, Amorebieta, Llorente y San José convirtieron en un día de fiesta la visita del Levante. Qué lejos queda aquel otro partido contra el mismo rival, epicentro de nuestros miedos años atrás. Tras el cabezazo de Amorebieta que abrió el marcador, un espléndido regate de De Marcos dejó el segundo tanto en bandeja para Llorente. San José completó la noche con su segundo gol en partidos consecutivos. Nadie recordará ese tanto mal anulado al Levante (no había fuera de juego) pero sí que Muniain pudo hacer otros dos y consumar  la goleada.

En Bilbao, el sueño de la Copa parece más cercano. Y eso es casi una resurrección del mejor espíritu bilbaíno. Qué gozada.