Se le escapó el partido al Athletic cuando lo tenía en la mano. No supo afianzar ese 1-0 que había arrebatado Llorente a los valencianos en un jugada de coraje. No pudo el equipo de Caparrós dar carpetazo al partido. Y lo pagó caro. No ayudaron esta vez, en mi opinión, loscambios del técnico de Utrera. Si el Athletic había dominado el partido en la primera mitad, la segunda pareció tomar otro rumbo. Dejó de tener el balón y el Valencia se vino arriba. Seguramente era hora de mirar al banquillo pero Caparós es un técnico de costumbres fijas. Es raro que haga cambios antes del minuto 60 salvo lesión. Cuando se decidió a incorporar un aliento nuevo al equipo, acababa de empatar el Valencia gracias a un gol de Mata. En el centro del campo, Javi Martínez seguía viendo pasar el partido sin pena ni gloria. Caparrós llamó a Susaeta y retiró a David López. Luego retiraría a quienes -junto a Llorente y de Marcos, que solventó el compromiso por su banda- eran los dos mejores jugadores del partido: Muniain y Toquero.Y metió en el campo a Gabilondo y De Cerio. Salvo el último, con una escasa aportación al equipo.

Qué lástima el disparo al palo de Llorente. Ahí pudimos cerrar el partido.Por cierto, el número de faltas que se le señalan al de Rincón de Soto es increíble, más aún cuando uno observa las patadas, agarrones y empujones que recibe a lo largo del partido sin que suene el silbato. Ayer, otros tres puntos en la cabeza. ¿Así cuida esta Liga a los que hacen el mejor fútbol?

Muñiz Fernández. Capítulo aparte. Uno puede compartir o no el baremo de los árbitros. Pero se hace muy difícil cuando se sitúa en lugares dispares durante el partido. Fatal durante todo el choque, pero qué bien pitó los últimos cinco minutos. Cuando daba igual, vamos. Qué cosas.