En la segunda parte el Athletic pudo ganar pero no mereció tanto en la primera. Quizá por eso regresa sin puntos de su visita a un líder que lo pareció hasta el descanso pero que se diluyó tras pasar por la caseta. Le faltó convencimiento al equipo rojiblanco, resumía en la sala de prensa Joaquín Caparrós. Vuelve el Athletic, también, con la mala noticia de la lesión de Javi Martínez y la nota positiva que supone el regreso de Toquero, que disfrutó de unos minutos.

Hubo goles aunque el choque fuera un alarde de falta de puntería. Aduriz tenía ganas a su ex equipo y aprovechó pronto una bella jugada de los ches, con pase de tacón inlcuido. Los locales arrinconaron al Athletic, jugaron a su antojo desde ese momento, y pudieron aumentar su renta. Sin embargo, no lo lograron hasta el descuento, con el Athletic lanzado ya a una remontada que se veía factible. Vicente recibió el balón solo, tuvo tiempo de pararlo, pensárselo un rato, ver a la defensa ya a la desesperada cruzarse por delante y encañonar a placer a Iraizoz. El tercero fue uno de esos goles de falta con los que se deleita y nos deleita Gabilondo de vez en cuando que entró casi por la escuadra. Era ya tarde, demasiado tarde. Seguramente, otra cosa habría sido si alguno de los dos equipos hubiera aprovechado cualquiera de esas ocasiones tumultuosas y repletas de rechaces de las que dispusieron.