Si por ellos fuera, el fútbol no existiría. Quizá podría sobrevivir un tiempo pero, al final, moriría de tanto empate a cero. Son los saboteadores del gol, los guardametas. Hoy hemos visto dos magníficos ejemplares de esa especie extraña –siempre supimos que para colocarse bajo los palos había que caminar en zigzag sobre la fina […]