Corre peligro el Athletic de Caparrós de acabar con la paciencia de la hinchada. Cada vez es más frecuente escuchar expresiones de cansancio entre socios y aficionados. El problema de sustentar un proyecto futbolístico poco vistoso -seamos generosos, una vez más- en los resultados, es precisamente que si los números no acompañan, se tambalea inmediatamente. Es esto lo que le sucede al Athletic, con un punto de quince en Liga, un 0-2 en Copa y la sensación de que en la UEFA vive de momentos puntuales de garra.
Ayer vimos otro partido para olvidar. El Rayo, con la mirada puesta en el ascenso, no plantó un ‘once’ óptimo para avanzar en la Copa. Pero encaminó la eliminatoria con facilidad. Qué poco hace falta para desmontar al equipo rojiblanco. El resultado es susceptible de ser volteado en el partido de vuelta pero un solo gol de los madrileños en San Mamés, complicaría mucho las cosas. Mientras, veremos al Atlético y al Barcelona en casa. Rivales duros contra los que Caparrós tendrá que ganarse una continuidad que empieza a estar en boca de todos.