A la salvación, sellada con los suplentes y en pleno ambiente copero, se suma la baja de Iniesta para el miércoles. Resulta poco deportivo pero la mayoría se alegra de que el autor del gol en el descuento en la semifinal de la Champions deje su artillería para otro día.
Sorprendió el Betis en San Mamés. Queda en una posición delicada tras su paso por la Catedral y pero no pareció importarle demasiado a los sevillanos a la vista de su último cuarto de hora. Los suplentes, por primera vez en estas pruebas obligadas por la Copa este año, jugaron un buen partido. Marcó Ion Vélez y Armando salvó a su equipo con dos grandes intervenciones.
No se confunde en Bilbao la alegría por la salvación con el entusiasmo desbordado por la cercanía de la final. Si las banderas inundan las calles de la capital vizcaína, se ven más todavía en muchos pueblos de la provincia. Por cierto, que también noto diferencia entre el forofismo de los barrios y la sobriedad del centro. Mañana comienza la peregrinación a Valencia. Qué poco queda.