La primera parte hizo justicia a quien, con cierta maldad, comentó: “Ahí los tienes, los dos equipos con más historia de la Liga, más de cien años, y se les nota, que no pueden ni correr”. Más que ambición, lo que faltaba era fútbol. El deporte este de los tres pases seguidos, uno que dista bastante del despeje apresurado e impreciso. La defensa rindió por debajo de ocasiones anteriores. Cometió algunos errores graves y puso en aprietos a un Gorka Iraizoz que salvó un punto solito.
El Recreativo pareció darse cuenta en la segunda parte de que el partido estaba a merced de quien lo quisiera. El cántaro rondaba la fuente rojiblanca y se rompió en el minuto 71. Hacía un rato que se veía venir. Poco después, llegó la suerte en persona. No sé si David López quiso centrar o tirar a puerta. Pero el gol, regalo de Riesgo, nos devolvía al partido. Hundió al ‘Recre’ su portero y al Athletic le salvó el suyo. Qué parada a tres minutos del final. Y no era la primera.
La entrada de Orbaiz y Yeste al comienzo de la segunda parte no sirvió para reactivar el fútbol del Athletic. Preocupa. Ante el Valladolid, el ‘once’ de ayer no tuvo rival y ayer logró arañar un punto. Queda por ver si esta estructura es suficiente para frenar la pólvora de cañones más pesados. Antes de un mes, lo sabremos. Mientras, disfrutemos del punto que trae en el guante Gorka Iraizoz.