Pocos se quedaron ayer a ver el Bilbao Athletic – Barakaldo, que seguía al estrepitoso Athletic – Almería. Casi nadie tenía cuerpo para seguir indagando en ciertas carencias de nuestra cantera más próxima. El partido contra los de Unai Emery certificó el primer cabreo de la parroquia de San Mamés, que llegó a silbar tímidamente a los suyos en ciertos tramos del encuentro. No es para menos. Se engaña quien crea que la nefasta tarde de ayer se explica por las incomprensibles decisiones arbitrales que nos acompañan esta temporada. Si este equipo no puede superar una expulsión injusta, en casa y frente al Almería, preparémonos todos para sufrir.
Poco, muy poco se puede decir a favor del juego del Athletic. Hay que recurrir a la estadística y celebrar -también tiene tela- que Etxeberria vuelva a marcar en San Mamés más de tres años después. Pudo ganar el Almería. ¿Se dieron cuenta? No achaquen la falta de ritmo de este equipo a un árbitro que detenía el juego, de pronto y sin motivo aparente. Este era el partido para dejarnos de excusas y convencer. Y habrá que esperar.