Si por algo se está caracterizando esta campaña es por su aire descafeinado. Los tres candidatos realizan declaraciones de tono bajo y han tardado en poner los nombres fuertes de sus candidaturas sobre la mesa. Quizá quieren impregnarse ya de un aire presidencial, alejado del tono eufórico, triunfante, que empleó Lamikiz en las elecciones de 2004. Al abogado de Busturia le sirvió pero todos tienen claro que este año una de las claves es alejarse de todo lo que suene a aquel mandato.

El primero en marcar distancias fue precisamente el que fuera miembro de su junta, Juan Carlos Ercoreca. Fernando García Macua prometió un cambio radical y ofreció varias cabezas de Lezama para pagar aquel despropósito. Hoy mismo, Javier González resalta en su entrevista en EL CORREO que él es el auténtico cambio y que “Macua y Ercoreca son más de lo mismo”. La campaña del cambio. Esa es la baza única que intentan blandir los tres, aunque eso les suponga un escorzo más o menos evidente.

Horst Wein al mando de la cantera, Julen Guerrero de director deportivo y Josu Urrutia de asesor sin sueldo son los nombres propios de Ercoreca. Proyectos no exentos de polémica por el hecho de que Julen sea aún empleado del Athletic y que no esté clara la vinculación del cargo con la excelencia futbolística.  Mientras Ercoreca y Macua buscan dinero extra para reflotar la Fundación Athletic, los aficionados sueñan con que el equipo se refuerce con Del Horno, Ocio o Kepa. El último parece claro no vendrá, como se vio obligado a aclarar Macua. La gran baza de Javier González -mostrada algo tarde, por cierto- es Vicente del Bosque. A él se encomienda con el buen golpe de efecto de su anuncio, que llegó cuando los otros dos ya habían mostrado su predilección por Joaquín Caparrós.

Todos los medios tienen sus encuestas pero las que he visto coinciden. Ganará Macua, dicen. El segundo puesto varía. Yo creo que al final será para Javier González. Lo más grave es que cunde el desánimo en forma de abstención. Más del 43% de los socios encuestados por EL CORREO, manifestó que no sabe a quién votar. No les acaban de convencer los candidatos y a éstos lo que se les está acabando es el tiempo. Hay que esperar alguna sorpresa más en estos últimos días para forzar, como es habitual, un regusto favorable que perdure a la hora de votar. Yo me conformaría con que, al final, los socios mostrásemos nuestro interés, nuestra preocupación por el Athletic, en forma de voto. Por quien nos guste, por el menos malo, o incluso en blanco. Es en los momentos deportivamente difíciles cuando deberíamos acudir en masa a Ibaigane.