El panorama que vimos ayer en San Mamés segundos después de que Orbaiz fallara el penalti fue desolador. Hemos vivido días duros en La Catedral en la última década pero es curioso que ayer, que no perdimos, el mazazo fuera tan brutal. Minuto 44, penalti a favor, Zarra en la memoria, el resto de resultados nos benefician, podemos ganar al Villarreal. Luego, un mal tiro y un remate forzado que se va por encima del larguero. Ayer vi desplomarse a más de uno sobre su asiento y quedarse sin ánimo, sentados aún, mientras la mayoría abandonaba San Mamés. Lo hemos tenido cerca. Pero no debe cundir la desesperanza. Hemos arañado un punto más para seguir en Primera ante un rival -a qué negarlo- que fue superior. Seguimos en la brecha.