El sentido común parece que se ha impuesto en este absurdo conflicto. Un acuerdo de última hora alcanzado entre los sindicatos y la dirección ha permitido desconvocar los paros parciales previstos en Metro Bilbao que debían comenzar mañana, festividad de Santo Tomás, según ha informado la empresa. ELA ha decidido aceptar la propuesta de la dirección y desmarcarse de la postura común con LAB, CIM y ESK, que cuentan ahora con sólo seis de los diecisiete delegados. UGT y CCOO ya habían anunciado la semana pasada que no apoyarían detener el suburbano durante cinco días consecutivos.
La propuesta final de la empresa ha retrasado de las 00.30 horas a la 1 de la mañana la apertura del servicio para Nochebuena, lo que supone dejar intactos los turnos de la mañana, una de las principales reivindicaciones sindicales. La retribución será, como había propuesto la dirección, de 350 euros.
Bienvenido sea el acuerdo. Y todo porque se ha acabado imponiendo el sentido común. El del sindicato mayoritario y el de la empresa que se ha avenido a negociar, como no podía ser de otra forma, hasta el último momento. Y del acuerdo quienes más salen ganando son los miembros del sindicato, la empresa y, por supuesto, los ciudadanos. Y estos sin comerlo ni beberlo iban a ser los grandes perjudicados de un conflicto que nunca se debería de haber producido.
El diputado general de Vizcaya había responsabilizado por la mañana a la dirección de suburbano por no negociar con los sindicatos. José Luis Bilbao utilizó palabras gruesas en su explicación sobre el conflicto, cargando contra los responsables políticos. “La ciudadanía no tiene por qué pagar la ineptitud” de la dirección de los gestores de esta sociedad pública, que “ha ido a amenazar” a los trabajadores, aseguraba Bilbao a primeras horas de la mañana. A su juicio, la actual dirección “ha ido a imponer, amenazar con llevarles a los tribunales”, cuando los trabajadores “tienen derecho a la huelga” porque es “un derecho constitucional”. Ha admitido que los paros en los servicios públicos, en especial en el transporte público, “hacen mucho daño”, por lo que “hay que pensárselo dos veces”.
Tras la firma del acuerdo que desconvoca la huelga en Metro Bilbao, el presidente de la entidad y viceconsejero de Transportes, Ernesto Gasco, ha reclamado al diputado general de Vizcaya que “rectifique” sus declaraciones. “Espero que mañana nos felicite y reconozca su error”, ha comentado el responsable del suburbano.
“Nos han fastidiado Santo Tomás”. “Es una barbaridad, algo absolutamente extemporáneo”. El alcalde de Bilbao criticaba abiertamente y con claridad los paros convocados en Metro Bilbao antes de que se desconvocaran.
Todas las palabras carecen a estas horas de importancia. Y solo prevalece la reacción de los sindicatos desconvocantes de la propuesta que han sabido rectificar a tiempo y han evitado que la ciudadnaía cargue sobre ellos el paro en el suburbano. Porque nadie habría entendido la supresión del servicio en un día tan especial como el de Santo Tomás.