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Ángel Lázaro

El cascarrabias

¡A mí la Legión!

Aznar está hoy de visita en Melilla. Y así nos lo han contado radios, televisiones, digitales y confidenciales de todo el país. Si el ex presidente fuera una persona de a pie (iba a escribir ‘normal’, pero me temo que se iba a malinterpretar), su presencia en la ciudad autónoma pasaría prácticamente desaparecida. Sin embargo, dadas las circunstancias y la forma en que se ha realizado, se ha convertido en noticia de primera plana y espacio principal de los informativos.

No sé por qué cuando he leído que Aznar se paseaba por Melilla me ha venido a la cabeza el grito de ¡A mí la Legíón!. El Tercio de Extranjeros – nombre original de La Legión – nació como fuerza de choque para la dura guerra de Marruecos. Esta nueva fuerza tenía como objetivo sustituir a las Unidades de recluta forzosa cuya pobre preparación y frágil moral era motivo de gran número de bajas y dificultades en el desarrollo de las operaciones terrestres. ¡A mí la legión! es, además, la tercera película que dirigió Juan de Orduña (1942), con Alfredo Mayo como actor principal, una de las más famosas películas españolas sobre la Legión Extranjera Española.

¿Qué asociación de ideas me ha llevado a esa invocación? La verdad es que lo desconozco y tampoco me preocupa demasiado. Quizá sean reminiscencias en el inconsciente de cuando asomó la cabeza sobre un tanque con gorro militar o por la invasión de la isla de Perejil. Y al grito invocativo, el héroe de las FAES acude a territorio en peligro para salvar de la morería “a los melillenses y apoyar a las fuerzas de seguridad en estos momentos de dificultad”, tal y como han explicado desde la fundación de la que Aznar es presidente. ¡Más madera! es otro de los gritos que hicieron famoso en el cine los hermanos Marx. Y ya saben que sin combustible no hay fuego que valga.

Cuando parecía que el conflicto en la ciudad autónoma se desinflaba, se le ocurre al gran amigo de Bush pasear su palmito (conseguido a base de 2.000 flexiones diarias) por las calles de Melilla. ¿Qué pasa? ¿No tiene derecho a visitar Melilla? Por supuesto. Pero quizá no sea oportuno hacerlo en este momento, cuando se supone que el Gobierno español tiene ciertas dificultades para manejar el conflicto por los cauces de la diplomacia sin pagar un excesivo precio a la vorágine territorial marroquí. O a lo mejor es por eso que ha decidido acudir ahora que dirige los destinos de la FAES, cuando no se dignó a hacerlo en los ocho años que estuvo en La Moncloa.

La visita de Aznar ha sido apoyada por el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, según ha explicado la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. “Quien diga que visitar territorio español es una provocación no tiene claro donde empieza y donde termina España”, respondía a las acusaciones que desde el Ejecutivo le hacía Pepiño Planco,

“No conozco a ningún ex presidente que sin conocimiento del Gobierno tenga este comportamiento”, ha dicho el ministro de Fomento y número dos del PSOE. El portavoz mensual del Gabinete de Zapatero asegura que la presencia de Aznar en Melilla se da “cuando sabe que su presencia no ayuda” dada la situación de tensión en la frontera con Marruecos. “Estamos trabajando en el problema, se va a arreglar a pesar de González Pons, Mariano Rajoy y el que faltaba ahora, que nunca visitó la ciudad en los ochos años que fue presidente”. Visto lo visto y oído lo oído, no me parece tan disparatada la evocación a la Legión.

Por Ángel Lázaro

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agosto 2010
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