Con estos temas, no es conveniente enfangarse. Desda ya advierto, por si alguien no quiere perder el tiempo, que no voy a descubrirle a nadie los verdaderos entresijos de una hipotética negociación entre el Gobierno y la banda terrorista Tampoco pretendo ser muy original. Al fin y al cabo (pura coincidencia ), lo ha dicho la Asociación de Víctimas del Terrorismo: “Si hay pruebas, que las saquen a la luz”. Y si no que se callen, añado como cascarrabias.
Ocurre siempre lo mismo. No pasa un trimestre sin que alguien lance a los cuatro vientos que el Gobierno está negociando con ETA. Y de inmediato, desde las filas de siempre, se saca a colación a Mayor Oreja y se le pone como testigo de cargo de la afirmación. Ya lo decía Jaime Mayor Oreja y nadie le creyó (para ser más precisos, le creyeron los de siempre).
Menos mal que la AVT no es sospechosa de connivencias con el Gobierno. Aunque para el ex presidente Francisco José Alcaraz, el crédito de la asociación queda bastante mermado y su ‘blandura’ está manifiestamente expuesta con este tipo de declaraciones. Por supuesto que si él presidiera la organización, el juicio sería no ya duro sino cruel, y el Gobierno estaría marcado aunque tan solo se apuntaran leves indicios en la dirección citada.
La cuestión es que, nuevamente, la carga de la prueba está en quien acusa y no en quien se defiende. Aunque en este mundo al revés en el que vivimos, se reclamen pruebas constantes de que no existe tal negociación para demostrar la mayor (oreja). El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Juan Antonio García Casquero, reconoce que no existe una negociación abierta entre el Gobierno y la organización terrorista ETA y reclama que, si hay pruebas, se saquen a la luz.
La portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, ha descartado rotundamente tal posibilidad y niega la existencia de cualquier negociación abierta con ETA ni de una posible vía de negociación. Mendia afirma que los hechos demuestran que el Estado de Derecho mantiene “la lucha contra ETA en todos los ámbitos y frentes, incluido el de la deslegitimación de la violencia en el seno de la sociedad vasca, y que esta estrategia es que la que ha conducido a la organización terrorista a la situación de mayor debilidad en la historia”.
Y a continuación ha llamado (¿en vano?) a la responsabilidad para “no generar debates artificiales que en nada contribuyen al objetivo común de acabar con el terrorismo de una vez y para siempre”. No ha querido, sin embargo, entrar a interpretar las amenazas de ruptura del pacto con el que han amagado dirigentes del PP.
Los popuklares creen que existen más que razonables evidencias de que el Gobierno está negociando con los terroristas. Al menos, así lo han dejado caer en varias intervenciones destacados miembros de la dirección nacional del PP. Pero la carga de la prueba sigue ahí, huera, sin que nadie haya demostrado aún que se estén produciendo esas conversaciones. Y es precisamente los que aseguran que existe esa negociación entre el Gobierno y los terroristas quienes deben demostrarlo sin duda alguna, antes de lanzar la piedra. Pero siempre sucede al revés. Supongo que es mucho más fácil.