Hay fotos y hay imágenes. Pero pocas veces una instantánea como la que preside esta entrada ha suscitado tanta pasión en la red. Y no se crean que ha provocado una atención especial solo aquí, donde somos especialmente proclives a sacar chispa a estas cosas, sino que los medios de medio mundo se han hecho eco de la situación.

Las redes sociales echaban humo. Reproducían la instantánea acompañada por una serie de mensajes guasones y subidos de tono, aludiendo a un posible entendimiento entre el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic y el defensa central Gerard Piqué, más allá de los terrenos de juego. Un aficionado captó la imagen después de un entrenamiento del equipo culé y, a partir de ahí, se ha desatado una tormenta con cierto regusto casposo. Principalmente entre los aficionados madridistas, que dicen entender ahora «la falta de concentración del Barcelona ante el Inter», se producían los comentarios más burlescos. Pero no se crean que el resto no destilaba cierto tufillo homófobo. Ya se sabe que en esta país, hasta las salidas del armario se celebran con chanzas.

Hay quien sostiene que el fútbol es un juego de hombres, donde no se permiten dudas sobra la masculinidad de los jugadores. Recuerden que en 1998, Justin Fashanu ( jugó en distintos clubes ingleses entre 1978 y 1997, uno de los últimos el Nottingham Forest ) se suicidó porque no pudo soportar las dudas tras ser acusado de agresión sexual por un joven de 17 años, aunque ni tan siquiera llegó a juicio por falta de pruebas. En 1990 Fashanu fue tratado con hostilidad tras convertirse en el primer futbolista de cierta fama que se identificó públicamente como gay. Y que yo sepa (y la memoria no me falla) nunca he conocido en este país a un futbolista que se reconozca como homosexual.

La respuesta del jugador sueco, más tosco que su compañero de equipo y fotografía, no se ha hecho esperar. “Vente con tu hermana a mi casa y miras si soy maricón”. Así respondía a una reportera de Telecinco al preguntarle a Zlatan Ibrahimovic sobre esa instantánea que algunas califican de ambigua.

¿Y qué pasa si además de jugadores son amigos?, me pregunto aunque solo sea por llevar la contraria a los miles de personas que se declaran confundidas (en Facebook, unas aficionadas crearon el mismo miércoles por la mañana un grupo titulado ‘Yo también me quedé traspuesto/a al ver la foto de Ibra y Piqué’. El evento se les fue de las manos, ya que alcanzó los 28.635 ‘fans’ en menos de dos días, lo que, junto a la gran cantidad de comentarios “bochornosos”, hizo que cerrasen el grupo y borrasen todos los mensajes, según publica elmundo.es). ¿Es perjudicial para el fútbol? ¿les hace distintos a la hora de salir al campo en pantalón corto? ¿pueden ser objeto de mofa y recochineo?

La verdad que no entiendo por qué un juez, o un periodista, puede declarar su homosexualidad e incluso casarse con su compañero (la ley lo permite en este país) y, sin embargo, los deportistas deben permanecer ajenos a ese mundo. Y tampoco creo que una foto tan intencionada pueda menoscabar la condición humana de las dos personas a las que se les ha retratado. Solo espero de ambas que el próximo día hagan el mejor partido de su vida. Lo demás ni me importa.