Lo último en marketing de ocio. Una discoteca valenciana ofrece como reclamo un consolador para captar potenciales clientas en su recinto, como si de una fruslería se tratara. Para que nadie se queje y les acuse de discriminación, los congéneres masculinos que decidan acudir al local recibirán un preservativo “del color, tamaño y sabor” que mejor se adapte a sus gustos. Ya saben en el amor y en la guerra todo vale. Y eso es lo que han debido pensar los gestores del recinto festivo de Mislata.
Noche erótica para los viernes. Por si no es suficiente atractivo, la discoteca valenciana ‘Cuomo’ ofrece un striptease, dúos masculinos y femeninos y constantes juegos eróticos para sus clientes. Las cuatrocientas primeras chicas que acudan al local recibirán un consolador en mano, ya que el lema de la jornada festiva lleva el rimbonbante lema de ‘Vas a vibrar’. Y puestos a agitarse, qué mejor fórmula que la de ofrecer una de esa maquinitas pensadas para el placer onanista “una de las más vendidas en Europa”. Pero no se escandalicen ustedes. Solo las chicas mayores de veinte años podrán optar al temblón instrumento. Así que absténganse las menores, que no van a poder usar con el juguetón artilugio.
Como los chicos parece que se consuelan de otra forma, nada mejor que recurrir al consabido condón, pero no a cualquier látex, por favor, que se juegan mucho en esta empresa y el listón ya está lo suficientemente alto como para utilizar cualquier marca de farmacia. La discoteca quiere que nuestros hombres elijan la goma que mejor se adapte a su tamaño, gusto y color, que también tienen derecho al disfrute festivo.
Creo que con esto ya se han batido muchos de los récords establecidos hasta el momento, como recuerda el diario ‘El Mundo’, que se hace eco de la noticia. En la mente de todos, aún perduran los ecos de aquellos locales que ofrecían un set de peluquería, o un bono de estética, y que quedaron en la nada cuando otro de sus competidores se atrevió a llegar hasta una operación de aumento de pecho. Eso que sepamos, claro.
No crean que el cascarrabias es un mojigato. Tan sólo reflejo mi perplejlidad por el uso de estas técnicas de marketing. Porque cuando las discos se ven obligadas a llegar a estos extremos para llenar sus locales, la cosa del ocio juvenil está peor de lo que uno pensaba. O quizá esté en el ánimo de sus gestores sacar de la calle a esos chicos y chicas que solo piensan en emborracharse y que dejan una imagen fatal ante vecinos y espectadores. Y mejor que potenciar el alcohol sea animar al sexo. Al fin y al cabo, nuestro país se encuentra a la cola de Europa en los índices de natalidad. Pero mucho me temo que con consoladores y condones, no vamos a solventar el problema.