Novedad para este año. ETB emitirá el mensaje navideño del Rey, como hacen todas las cadenas de la España autonómica. Por primera vez en la historia de la televisión vasca, el monarca español saldrá por las pantallas de la cadena vasca, lo que ha cabreado enormemente a los partidos nacionalistas. Donde unos ven un gesto de normalidad, otros un agravio. Y es que éste es el cuento de nunca acabar de nuestro pequeño país.

Todo tiene en Euskadi dos claves diferentes. Cualquier acontecimiento (social, económico, cultural, deportivo) se contempla aquí desde la óptica política, que acaba por contaminar el quehacer diario de los que vivimos y trabajamos aquí. Y encima hay muchos que se empeñan en que no se pierda esta forma de contemplar la vida. Su negocio (su existencia) va en ello.

Hace unos días decía Iñaki Anasagasti que era una absoluta idiotez dar el mensaje del Rey en la cadena autonómica vasca. No, no empleaba esas palabras; pero no creo estar manipulando su tesis. Al fin y al cabo, el gran argumento que empleaba el senador vasco (por cierto no veo que nunca haya renunciado a las prebendas y beneficios que le concede el Estado español por ser parte del mismo) era que el mensaje del Rey se hace en horas de ‘prime time’ y que los espectadores vascos se merecían algo mejor en ese dorado tiempo que se disputan las televisiones españolas, privadas, nacionales o autonómicas. Incluso se permitía el lujo de decir que, si acaso saludara en euskera, a lo mejor se podía perdonar su irrupciión en los hogares vascos.

Comentaba un amigo mío hace poco que sería bueno repasar qué tipo de programas daba ETB a la hora en la que el resto de cadenas emitían el mensaje de su majestad. Porque dado el escaso entusiasmo que despierta en Euskadi la presencia real, ETB se tuvo que salir de la tabla en el ranking de medición televisivo y, la verdad sea dicha, no recuerdo haber visto nada publicado en los periódicos sobre tamaña gesta. Porque puestos a competir, y siguiendo la lógica de Anasagasti, hasta el pato Donald podría ganar a don Juan Carlos en la disputa por la audiencia. Como supongo que ésta no se dispararía con la presencia de los lehendakaris nacionalistas cuando salían en la ETB a finales de año. Jamás les he visto y este año tampoco haré una excepción. Tengo mejores cosas que hacer.

El ‘prime time’ no deja de ser un invento de quienes miden las audiencias televisivas. El espectador tiene el mando en su mano; y nunca mejor dicho. Es decir, que si no te gusta algo, puedes pasar perfectamente a otro canal (donde den una película de Donald, Pluto y compañía, por ejemplo) y santas pascuas. No sé yo dónde está el delito de ETB por emitir el mensaje en ese horario cotizado; máxime cuando la mayor parte de las cadenas también emiten el discurso real. Así que de competencia, poco o nada.

Claro está que siempre queda el recurso de apagar la tele, si no te gusta lo que dan, y aquí paz y después gloria que diría mi madre. Así que no se preocupen, la audiencia de ETB poco se va a resentir por la emisión del mensaje de don Juan Carlos. Pero me apuesto una comida con quien sea que, al poco tiempo, saldrá en los papeles (más en unos que en otros, claro) las cifras del batacazo que se ha metido la cadena vasca por conectar con la Zarzuela. Les advierto desde ya que yo no pienso verlo. Pero por favor, no sumen mi ausencia a la de quienes denostan la presencia en la tele del Rey. A esa horas, mi ‘prime time’ es mi familia y la cena de Nochebuena. Zorionak!