¿Se imaginan un país cubierto por la nieve durante los meses de invierno? ¿Se imaginan que en ese país el uso del coche, el tren o el avión fuera algo cotidiano incluso cuando nieva? ¿Creen ustedes que la nieve no sepulta las calles, las vías y las plataformas de los aeropuertos de los países nórdicos, por ejemplo? ¿Cómo se las arreglan en Alemania o en Rusia para poder convivir con el manto blanco y que todo funciones con normalidad? Un misterio, reconózcanlo y déjense de críticas al Gobierno.
No sé cómo se puede vivir en un país donde el manto blanco esté presente, al menos, durante un cuarto del año. Pero los servicios públicos de esos países donde la nieva es algo cotidiano y normal durante el invierno no se colapsan ni se interrumpen en su quehacer diario. España es diferente.
Ya sé, ya sé. Cuando la situación nos desborda es imposible anticiparse a los hechos y se hace difícil prevenir las consecuencias. Desde luego, la situación de alerta se había hecho pública desde principios de la pasada semana. Así que estábamos advertidos. Y lo que ha pasado hoy en el centro de España, en la misma capital, no tiene nombre. Vale es lunes; vale la gente es muy tozuda; de acuerdo, ha nevado más de lo que se pensaba y encima el viento ha provocado más problemas. Pero los servicios de emergencia deberían de haber previsto las consecuencias, que comienzan a repetirse cada vez que la nieve cae sobre nuestra geografía.
No estamos preparados y tampoco parece que nos importe que los trenes no puedan salir y las carreteras se colapsen. Si los servicios son insuficientes ¿por qué no anticiparnos y poner al Ejército, por ejemplo, a atenuar los efectos del temporal? Y ya puestos, si la previsión era tan creíble ¿por qué no prohibir la circulación de vehículos durante las primeras horas del día? No, claro; es mejor que todo el mundo circule libremente porque este es un país civilizado donde no se pueden restringir los derechos. Pero si no sabemos comportarnos ¿por qué no impedir a golpe de decreto los colapsos en las carreteras principales? Las mercancías deben circular, la gente tener vías expeditas para llegar a sus trabajos. Pero para eso el transporte público debería tener prioridad durante estos días. Y hacer una apuesta decidida para impedir el bloqueo de nuestras carreteras.
No digo nada del aeropuerto o de los trenes AVE que también han tenido dificultades. Es cierto que unos kilómetros más al Norte, los Eurostar se han visto bloqueados durante tres días y miles de personas se han visto afectadas. Pero no es ninguna disculpa. Las vías se encuentran a la intemperie y Renfe y Adif deberían haber previsto la situación y disponen de cuantas medidas fueran oportunas para evitar la paralización de los trenes de alta velocidad. ¿Habremos aprendido la lección? Mucho me temo que no.