No hay derecho. Este Gobierno se atreve con todo. Ahora van a por los pobrecitos ‘craks’ del fútbol que vienen a los clubes españoles enamorados de sus escudos y glorias históricas. Esos pobrecitos trabajadores que solo ingresan del orden de 600.000 euros al año y que no tributan, como el resto de los asalariados, según sus ingresos. Muy al contrario, se ven gratificados con exenciones fiscales, como si fueran sufridos mileuristas. Y hay todavía quien justifica esta situación y carga contra el gabinete Zapatero.
Me acusarán de demagogo y oportunista. Y en este caso, lo reconozco, me importa bien poco caer en la demagogia y hacer populismo barato con este tema. La situación me parece, cuando menos indignante, mucho más aún cuando este país se acerca a los cuatro millones de parados y hay otros tantos que llegan justitos a final de mes. Por no hablar de los cientos de miles de pensionistas que después de llevar toda una vida trabajando, apenas si reciben 600 o 700 euros de pensión (los hay incluso con menos, como es el caso del colectivo de viudas). Y es más indignante aún que el mundo del fútbol se rebele contra esta pretensión del Gobierno y amenace con una huelga.
La reforma de la ‘Ley Beckham’, (recuerden que también se incluía en este paquete a investigadores, por ejemplo) como así se denomina la cláusula de excepción con futbolistas extranjeros de renombre que vienen a jugar a los clubes españoles, ha caído como una bomba sobre el futbol español. El Gobierno pretende que los profesionales que se desplacen a España temporalmente y que tengan unos ingresos superiores a 600.000 euros anuales tributen el 43% en lugar del 24% actual. Una situación que afectaría a los contratos firmados a partir del 1 de enero de 2010 y que podría cambiar los planes de más de un ‘crack’ . Esos mismos que besan el escudo del equipo que tanto le paga, pero que al mes siguiente se entrega en cuerpo y alma a otro club que le retribuya mejor.
La cuestión es que esa medida (desde ya mismo pongo en duda que se vaya a poner en práctica) es cuando menos bien vista por las masas salariales; esas mismas masas que pagan por ver a esos magníficos jugadores todos los domingos en los campos de fútbol. Pero que gozan de unos privilegios que para sí lo quisiéramos todos los demás. Y puestos a hacer excepciones (ahora sí que voy a caer en el populismo) podemos aplicar a sanitarios, policías, bomberos, enseñantes, miembros del Ejército en misiones de paz, etc. etc. que tanto y tan bien hacen en sus lugares de trabajo. Y, sin embargo, cotizan, como debe ser, la cantidad que así les corresponde por las tablas tributarias. ¿Por qué entonces privilegiar a quienes más ganan y además no contribuyen a la riqueza de este país?
De verdad que hay cosas que no se entienden. Esos mismos jugadores que acuden a la llamada de los clubes españoles de mil amores, pagan en otros países religiosamente por lo que ganan, sin ningún trato de privilegio. Pero aquí somos como somos. Y en época de vacas gordas, a lo mejor se entiende; pero en una crisis que sacude a la clase trabajadora y afecta a casi todo el mundo ¿por qué seguir tratándoles con guante de seda? ¿No vendrían a esos clubes que aseguran venerar si cotizaran como los demás? ¿Se va a resentir el espectáculo y vamos a dejar de tener la mejor liga del mundo? Pues si al final, es verdad que vivimos por encima de nuestra capacidad, cojamos el toro por los cuernos y abordemos la situación de una vez. Y vale ya de amenazas. Si quieren parar la competición, que paren…. Veremos qué dice la FIFA si no se llega a tiempo para la competición mundial de Sudáfrica.
Y no hablemos de esos seleccionados por España que muestran una cara de éxtasis cuando suena el himno español y, sin embargo, mantienen su domicilio fiscal en paraísos que les eximen de pagar todo lo que les exige el fisco de este país. Mejor no entro en se tema, porque me pierdo.