Se avecina un otoño caliente. Y, de momento, no hay visos de que esto se pueda parar, sino todo lo contrario. La popularidad de Zapatero desciende a pasos agigantados y le llueven críticas y palos hasta de los hasta hace poco amigos. Sin ir más lejos, los medios de Prisa zarandean al presidente del Gobierno sin respiro y le culpan sin ambages de la situación económica y de la deriva del país. Y a esa voces comienzan a sumarse otras.
Nada más desembarcar en Izquierda Unida, su nuevo coordinador Cayo Lara ya dejó caer que había que contestar a la política del Gobierno de Zapatero en la calle. Y no sólo sugirió sino que se atrevió a invocar la amenaza de una huelga general. Ahora, cargado de algunos argumentos, lo dice tan claio como entonces, pero mucho más alto, si cabe. “Si el presidente del Gobierno sigue sin coger el toro por los cuernos”, sólo cabe una respuesta: “La gente debe salir pacífica y tranquilamente a la calle”. Lo ha dicho hoy en RNE donde además vaticinó que se acerca un “otoño caliente”.
También en Euskadi, los sindicatos ELA y LAB aseguraban hace unas horas que volverían a convocar a los trabajadores vascos para contestar la política de Patxi López y de su aliado español en el Gobierno de la nación.
Y como el PP bastante tiene con lo suyo, y no va a apagar este fuego, sino que lo va a alimentar con más gasolina, estoy convencido de que va a haber más voces que clamen contra la política económica del Gobierno, la subida de impuestos que nos va a caer en breve y cuantas medidas se adopten para intentar salir de la crisis.
No les digo nada si, como se espera, los empresarios se suman al festín y reclaman no solo la contención de salarios, sino que los trabajadores renuncien a parte de su sueldo, dada la coyuntura y ante la más que previsible merma del negocio. Sobre todo, si la disyuntiva es o paro o bajada de sueldos. ¿Cuál va a ser la respuesta?.
Los únicos que de momento parecen librarse son los 62.000 trabajadores de la Administración vasca que parecen tener asegurada una subida de 2 puntos de salida, según las previsiones del Ejecutivo de López, que por este concepto deberá desembolsar unos 700 millones adicionales.
Y como todos los cantos de sirena advierten de nuevas desgracias, me temo muy mucho que el personal se va a ir calentando y responderá con entusiasmo a lanzar a la calle la protesta contra el Gobierno que parece impotente ante la que está cayendo.