Un poquito exagerado, pero quizá estemos abocados a ello. El futuro debe ser (siempre es una aspiración permanente del hombre) mejor que los tiempos actuales. Y una asignatura que aún debemos aprobar (mucho me temo que no podremos pasar de curso en unos años) es la de la contaminación. Y para contaminar menos, o reducimos la circulación en nuestras ciudades (va a ser que no) o nos lanzamos como locos a la compra del coche eléctrico. Y eso es lo que ayer defendió el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, quien apostó por potenciar el coche eléctrico.
Sebastián puso tanto énfasis en la defensa del vehículo ecológico que llegó a defender su propuesta como una “cuestión de Estado, alejada de la confrontación política”. El titular de la cartera quiere, por tanto, que todos los partidos políticos, “especialmente al PP”, participen en el diálogo para su implantación en el proyecto de Pacto por la Energía, formulado por Rodríguez Zapatero.
La idea de Sebastián pasa por incluir el coche eléctrico como uno de los ejes del Pacto por la Energía que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propondrá a las fuerzas políticas. Hoy por una hoy nos resulta una quimera y un proyecto de esos que Dios dirá si se lleva a la máxima, pero mucho me temo que el Gobierno va a necesitar grandes dosis de convicción moral para que los ciudadanos entremos a ese trapo.
Los precios de estos coches oscilan entre los 750 y los 20.000 euros, pero aún existen muy pocas estaciones donde se puedan recargar, por lo que los fabricantes optan por vehículos mixtos, donde exista también el combustible clásico. Parece que hay en proyecto la inmediata instalación de postes de carga en la calle, de tal forma que sea factible y rápida la recarga de las baterías. Incluso hay quien habla ya de que Telefónica puede colaborar en el proyecto cediendo sus hoy inactivas cabinas para ‘el repostaje’ de las pilas.
Sebastián pretendió, además, dar un impulso al coche eléctrico haciéndose acompañar de los alcaldes de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón; de Barcelona; Jordi Hereu; y de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Vamos que trata de vender aquello de si las grandes capitales se unen a la idea, mejor que mejor.
Reconozco no tener ni pajolera idea de este asunto. Pero visto lo visto (recuerden los últimos sucesos de lo que alguien acertadamente ha denominado ‘pijoborroca’ en Pozozuela de Alarcón) y conociendo los entresijos de este país, a ver quién es el guapo que deja el coche en la calle mientras se recarga la batería. Lo menos que le pueda pasar, es que algún gracioso de estos de la ‘pijoborroka’ le desconecte de la toma de energía e incluso le destroce el cable para gastarle una ‘broma’. ¿O es que piensan lo contrario?