No hay fiesta en Bilbao sin su presencia. Como un acto más, se autoinvitan fuera de programa, pero siempre quieren tener protagonismo cuando llega la Aste Nagusia. Y este año tampoco podían quedarse al margen. La izquierda abertzale radical celebrará el próximo viernes 21 su habitual manifestación en la Semana Grande de Bilbao bajo el lema ‘Independentziaren bidean. Aldeketa politiko eta soziala’ (‘En el camino de la independencia. Cambio políticos y social’).
Aseguran los portavoces Arantxa Urkaregi y Marta Pérez que “no contemplan” que el acto no sea autorizado, como ocurrió el pasado sábado con una manifestación similar en San Sebastián, pues la marcha bilbaína “se ha celebrado cada año sin ningún problema y sin incidentes” y, en esta ocasión, “no tiene por qué darse otra situación”. Si a pesar de todo finalmente fuera prohibida, la decisión demostraría que “no existe democracia”.
Aunque es cierto que en los últimos años, la marcha se ha celebrado sin incidentes, no es menos cierto que la fecha elegida para la convocatoria es el Día Grande de las fiestas de Bilbao, y el escenario es uno de los más importantes de la villa. A mí personalmente, me da igual, pero entiendo que haya bilbainos a los que les molesta que se utilicen las fiestas para las reivindicaciones políticas. Y que no dejen en paz a los que vienen a disfrutar con sus consignas radicales. Incluso hay gente que procura no pisar las calles próximas a la marcha e inlcuso permanecer en casa mientras transcurre la concentración.
Ambas portavoces han realizado, además, un llamamiento a todas las personas que participen en las fiestas de la capital vizcaína a “reivindicar que frente a la bandera española impuesta por el alcalde Iñaki Azkuna que nuestra única bandera es la ikurriña” y a mostrar la solidaridad “con los represaliados políticos”.
Más que invitar, lo que se advierte al personal de turno es de lo que se puede encontrar en dicho escenario cuando acudan los manifestantes. Eso si Interior no decide prohibirla, porque la actitud del Departamento parece haber cambiado desde que ha se han incorporado a la dirección los dirigentes del PSE. Y quizá considere, como en San Sebastián, que no son las fechas más propicias para organizar una marcha de estas características.
Digo yo que en este caso, los organizadores aceptarán sin rechistar la decisión de la autoridad, aunque no la consideren demócrata, pero en aras a seguir con el espíritu festivo, se sacrificarán por el resto de ciudadanos y dejarán sus reivindicaciones para jornadas venideras. Puestos a competir por ser más demócratas que ninguno, deberían anunciar desde ahora que renuncian a la convocatoria para evitar un conflicto con los vecinos de la villa inmersos en sus fiestas más importantes. Pero mucho me temo que hasta el mismo día 21 no sabremos el desenlace de este evento.