Nos crecen los enanos. Y así no hay manera. Uno entiende que se confabulen todos los hados contra un proyecto, incluso el sabotaje llegado el caso. Pero lo que sucedió ayer, no tiene nombre ¿Saben quién es el culpable de la avería del metro que ayer dejó a miles de personas de la margen izquierda tirada y sin transporte? ¿Lo adivinan o prefieren rendirse? Pues ni más ni menos que una fresadora que realizaba trabajos de cimentación en la superficie del suburbano, dentro de las obras de ampliación que se llevan a cabo en el hospital de Cruces. Al parecer, el pantógrafo impactó contra la máquina y provocó el corte de energía. Si el asunto no fuera tan serio, sería para reírse a mandíbula batiente.

Resulta que los que hacen las obras en superficie no saben (o no miran) que debajo está la galería del metro. Y los responsables del transporte desconocen que se van a realizar algunas obras que pueden afectar a su estructura, como así ha sucedido. Lo dicho; parece que han puesto a Pepe Gotera y Otilio al frente de la organización general y así nos va.

Las obras que se realizan en Cruces entran dentro de la zona de competencia del Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) por estar en el ámbito de influencia de Metro Bilbao. Pero dicho organismo no recibió ningún ninguna información del proyecto ni por parte de la dirección de la obra, ni del Ayuntamiento de Barakaldo, que concedió la licencia, ni por parte de la Dirección General de Osakidetza, que es quien encargó los trabajos, según ha explicado el director gerente, Juan Cruz Nieves.

Tras comprobarse el origen de la perforación del túnel del metro y su consiguiente parada, el CTB ha ordenado la paralización de las obras de ampliación del hospital de Cruces, cuyo proyecto deberá ser modificado para no interferir en la protección del túnel del metro.

Suelen decir que todo es mucho más sencillo de lo que parece. Y así es. En las últimas horas, los responsables del metro se devanaban la cabeza pensando en lo que había podido pasar para que el metro dejara de recibir la energía necesaria para mantener la actividad de sus trenes. Que si una subestación, que si el calor, que el tiempo pasa factura…. Lo dicho, mucho más sencillo. Un agujero más profundo de lo previsto y el descubrimiento del paso del metro. Ni con Pepe Gotera sale peor.