Maldita la gracia. Cada uno puede defender sus ideas de la forma que considere más conveniente. Siempre que no haga daño a nadie. Pero en esta caso, me caben dudas sobre lo acertado de la campaña de la coordinadora contra el Tren de Alta Velocidad AHT Gelditu Elkarlana. Como saben a estas alturas todos los que me siguen, la coordinadora ha justificado el envío masivo de falsas cartas en las que se reclamaba dinero para la construcción de la “Y” ferroviaria y ha tachado de “vergonzosas” las críticas recibidas por esta iniciativa.
Esta organización ha buzoneado 800.000 copias de dos cartas distintas, una en la Comunidad Autónoma Vasca y otra diferente en Navarra, en las que supuestos cargos de Hacienda informan a los ciudadanos, bajo un membrete similares a los de ambos organismos, de que deben afrontar cada uno un gasto de casi 5.000 euros para sufragar el TAV y que, en el caso de los pensionistas, se les retendrá el 30% de sus pensiones a partir de julio de este año. En Navarra la misiva detallaba incluso de qué partidas presupuestarias se iban a recortar fondos para financiar el tren de alta velocidad.
Y a decir verdad, han conseguido que mucha gente de edad se haya creído a pies juntillas lo que en esa misiva se decía, ya que la imitación era casi perfecta. Gente de mi entorno me llegó alarmada por la carta y quejosa de lo gravoso que nos iba a resultar la construcción del TAV. No es que yo se más listo que nadie, pero era evidente que la misiva tan sólo era una gracieta más de esta gente que, en aras al ecologismo, se opone a la construcción del tren de alta velocidad. Y maldita la gracia, señores; se creen ustedes muy chistosos. Creo que por ese camino lo único que van a conseguir es crear un clima contrario a cualquiera de sus iniciativas.
AHT Gelditu Elkarlana ha pedido “disculpas” a los ciudadanos que “se han asustado demasiado” por la carta, pero ha justificado todos los términos de la misiva, cuyos datos, ha afirmado, no han sido desmentidos por ninguna institución.
La carta ha suscitado críticas del Gobierno vasco, la Diputación de Guipúzcoa y el PSE/EE, que han coincidido en denunciar el uso de la manipulación y la alarma social por parte de este colectivo. Yo diría que todos los pensionistas, y los que aún percibimos un sueldo de nuestro trabajo, nos hemos acordado de sus parientes más cercanos, cuando aliviados hemos comprobado que la carta que nos han buzoneado no era más que una Graciela, sin ninguna gracia. Somos muchos los que no nos hemos reído; para nada. Asustaviejas.