Los científicos pueden estar ya tranquilos. Se ha descubierto el origen de la homosexualidad y de la calvicie. Evo Morales lo acaba de hacer público en la Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y la madre tierra que se celebra en Bolivia. Toda la culpa es del consumo de alimentos modificados genéticamente, según el presidente del país andino

“La calvicie que parece normal es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos, y esto es por las cosas que comen, mientras que en los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas”, ha asegurado el presidente boliviano que posee una poblada cabellera.

Morales también ha expuesto su peculiar teoría sobre la homosexualidad. Y no se lo pierdan; de esto la culpa es del pollo, así que como se extienda la teoría del presidente andino que vayan cerrando ya las cerveceras de este país o que piensen rápidamente en otros productos menos contaminantes . “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”, asegura el mandatario boliviano.

No se extrañen de que estas peculiares teorías, bajo las que subyacen un montón de prejuicios, hayan tenido rápida contestación entre las asociaciones de gays y lesbianas españolas, por ejemplo. En lugar de tomarse a rechufla las afirmaciones de Morales (porque otra cosa no se puede hacer, ante tamañas estupideces), han arremetido contra el presidente de Bolivia, país al que piensan pedir explicaciones en su embajada de Madrid. “Este tipo de afirmaciones sin base científica alguna, son además de insidiosas y falaces, un mensaje de odio y rechazo a la población homosexual, sobre todo cuando quien las hace es el presidente de un país”, aseguran desde estos organismos.

Los consumidores de pollos (muchos aún) no han sabido reaccionar perplejos por las palabras acusadoras de Morales y estupefactos ante la culpabilidad de estos animales alados, pero que no vuelan. Y miren que el refranero español lo deja claro: dentro de cien años, todos calvos; si bien nada aclara la sabiduría popular sobre la condición sexual de los incondicionales del pollo. Digo yo que la cosa viene de lejos, así que no sé a qué viene ahora presumir de sus alimentos y denostar lo que consumimos los viejos europeos.

El biotecnólogo y profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Pere Puig Domenech, ha aclarado (por si alguien lo necesitaba) que antes de que hubiera transgénicos ya había calvicie y homosexualidad y que la historia de “Sodoma y Gomorra es de varios siglos antes de Cristo, cuando no había organismos genéticamente modificados”. Vamos que no era necesario ni entrar en el tema, pero como siempre hay almas crédulas, mejor dejar las cosas en su sitio. Una tontería es una tontería, lo diga Agamenón o su porquero.