(pinchar aquí para oír el comentario de De la Morena)
A estas alturas todo el mundo conoce que el Barça entrará mañana en el sorteo como único representante del fútbol español y como el rival a evitar por los otros siete clasificados para cuartos, en los que puede enfrentarse a Manchester United, Arsenal, Olympique de Lyon, Girondins de Burdeos, Bayern Múnich, Inter de Milán o CSKA Moscú.
La exhibición del campeón anoche ante el Stuttgart (4-0) ha vuelto a poner en el escaparate mundial al equipo que dirige Pep Guardiola. Y no digamos a Messi, que se corona ya como el mejor jugador del planeta, que estuvo incomensurable. Una victoria que supone una fuerte inyección de optimismo de cara al partido que le enfrentará a su eterno rival en el Bernabeu (si la memoria no me falla el 11 de abril) y que puede decantar el resultado final de la competición liguera. Pase lo que pase, en estos momentos el equipo culé ha vuelto a convertirse en el gran “coco” de la competición europea, en la que ya no hay ningún otro club español.
Sin embargo, aún siguen adelante, además del Barça, el Manchester United, (tres títulos), el Bayern Múnich (cuatro) y el Inter (dos). Todos ellos aspiran a jugar la gran final en el Bernabeu, un escenario donde los blancos pensaban llevarse este año la décima, y que se tendrán que contentar con ver desde la grada. No quiero ni pensar lo que puede pasar si los blaugranas llegan hasta la final. Pero ayer el Nou Camp gritaba con fuerza y seguridad el cántico “sí, sí, sí, nos vamos a Madrid” .
No parece que esa reacción haya gustado demasiado a la ‘prensa blanca’; medios rendidos a las excelencias del Madrid y que ningunean las victorias del Barça porque su mercado es otro bien distinto. Medios que ayer enfatizaban mucho más las previas de los partidos de la UEFA o el interés por fichar a Rooney para que vista de blanco, que la gran victoria obtenida por el Barça. Equipo al que le han dedicado casi los minutos basura y las páginas interiores de los periódicos.
Pero raya la paranoia el comentario que el jefe de Deportes de la Cadena Ser dedicó en el espacio que tiene el programa de Carles Fransino en el que afirmaba que “gente como Laporta o Godall son la carcoma del Barça”, sin que viniera a cuento dicha declaración para glosar el triunfo de los blaugranas. En una jornada como la de octavos de final, en la que sólo un equipo español, sigue adelante, el ataque frontal al presidente del Barça (y a su posible sustituto) parece grosero y fuera de lugar. Pero hay ciertas obsesiones difíciles de erradicar en este país.
Es fácil quejarse del escaso apego de los catalanes hacia el resto de España (no digamos ya de los separatistas vascos). Pero cuando se mezcla el fútbol con la política, hay sentimientos en ese espectro conocido por Madrid que no se entienden. Y lo que merecía reflejarse como un gran triunfo de un equipo español, queda oculto por un resentimiento hacia un personaje que puede ser polémico y hasta molesto, pero que para nada intervino ayer en la victoria y el bonito juego que desplegó el Barça. Al fin y al cabo, lo único que importa en el deporte. Gusto, arte, disfrute y espectáculo colorista. ¿A qué viene entonces emponzoñarlo con otras historias?