No es por apuntarme al carro que también. Peyo ya lo decía hace unos días. Alonso está en Ferrari. Por mucho que desde la escudería italiana se empeñen en ocultar sus cartas, todo huele a que el piloto español entrará en la firma del ‘cavallino rampante’. El último indicio lo tenemos en la marcha de la Fórmula 1 “para siempre” del patrón de Renault, Flavio Briatore. El consejo de administración de la FIA ha condenado la carrera del ex patrón de la marca francesa de por vida, prohibiéndole cualquiera actividad relacionada con la fórmula uno, incluida la representación de pilotos. Pero Briatore ya había anunciado hace unos meses que ésta podía ser su última temporada.

Blanco y en botella, no siempre es leche. Pero suele serlo. Desde que el ‘dueño’ del Banco de Santander presentó a bombo y platillo el acuerdo de patrocinio de la escudería italiano, todo el mundo entendió que la contratación de Alonso estaba detrás de la decisión. Y a medida que pasa el tiempo se suceden los indicios, hasta que la última gota que ha desbordado el vaso, es la marcha de Briatore del circo del motor.

El hasta ahora patrón de Renault no da puntada sin hilo, que diría mi madre.Y su salida (por la puerta de atrás, ojo) de la Fórmula 1 no es más que el principio de la descomposición de la marca francesa; y sino, al tiempo. Si ha decidido marcharse voluntariamente, sin plantear batalla a la FIA, es porque se la caído el as de la manga. Y sin pilotos de nivel, al precio que se ha puesto la innovación tecnológica y con las normas tan restrictivas que Ecclestone y compañía han decidido imponer para los próximos años, el multimillonario italiano, seductor de mujeres y de los coches, no quiere seguir en activo. Al menos, no como hasta ahora; porque lo que es seguro es que seguirá representando a algunos de los pilotos que participan en el circo del motor.

El golpe a Renault podía haber sido brutal, caso de que la sanción se hubiera llevado hasta sus últimas consecuencia, ya que el veredicto final ha sido una exclusión de dos años en la competición tras el escándalo como el protagonizado con Nelsinho Piquet. Y con la marcha de Briatore, queda amortiguado el impacto sobre la marca que, de lo contrario, hubiera visto afectado su futuro en la competición.

De esta forma, quedan todos contentos. Ecclestone, porque consuma su venganza con Briatore tras el escándalo que se montó cuando se destapó la presencia de Mosley en una fiesta con chicas y vestido con el uniforme nazi; Alonso, porque tiene más de un pie metido en el bólido de Ferrari; Renault porque aún podrá desarrollar su carrera en la F!; y Briatore porque se dedicará a su mujer y por fin podrá cumplir su sueño y dejar de batallar en el circo, que no de manejarlo (quién sabe si en un futuro esté en la FIA o en el organismo que se encargue de controlar la competición). Solo Piquet sale mal de esta historia, porque a ver quién le contrata ahora.