Dicen que cada país tiene los dirigentes que se merece. Pero no creo que nadie, ni tan siquiera los italianos, sean merecedores de cargar con la cruz de su primer ministro Silvio Berlusconi se ha convertido (¿no lo era ya?) en un auténtico esperpento. Nunca se sabe dónde empieza el polìtico, el hombre público, y […]