Un tertuliano de radio decía el otro día que los políticos pierden el poco seso que tienen (al menos algunos) cuando se adentran en una campaña electoral. Ni más ni menos, la prueba palpable de ese aserto la tenemos con la joven secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. “Les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta”, declaró con un tono solemne. Y, a continuación, desveló el acontecimiento planetario: “La coincidencia en breve de dos liderazgos progresistas a ambos lados del Atlántico: la presidencia de Obama en Estados Unidos y la presidencia de Zapatero en la Unión Europea en tan sólo unos meses” lo que, en su opinión, supone “una esperanza para muchos seres humanos”.

Creo que no es necesario hacer más comentarios sobre el tema, porque sin ser cascarrabias, me temo que cada uno de los lectores que hagan una lectura sosegada de esta blog tendrná ya una opinión formada sobre las frases de Pajín.

Y es que esta campaña tiene su miga. Normalmente, los políticos que participan en los mítines gastan excesivo verbo, pero a punto de expirar ésta, hay frases dignas de la antología del disparate, como hoy dice uno de los periódicos de tirada nacional de nuestro país. Y en esto de excederse con el verbo, no hay izquierdas ni derechas, y las tonterías se abren en todo el arco parlamentario. Estas son algunas de las cosas que hemos oído estos días; seguro que el amable lector tendrá otras en el baúl de sus recuerdos.

El lenguaraz Alfonso Guerra ironizaba el otro día sobre la estrecha amistad entre ‘El Bigotes’ y Camps: “Hijos míos, que hemos aprobado la ley de matrimonios…”. (pongan el tonillo ese sarcásstico y burlón que suele utilizar el otropoderoso militante socialista).

Del otro lado, sobresale la afirmación dolida del presidente de la Diputación de Castellón . Carlos Fraba hablaba sobre el respaldo de Rajoy: “No sé qué apoyo explícito quieren que me dé. ¿No querrán que me acueste con él?”. De todas formas, uno llega incluso a dudar sobre el último fin que perseguía el mandatario popular y si se mostraba celoso con la actitud de su líder.

La salida de pata de banco se le lleva, sin duda alguna, el consejero de la Comunidad de Madrid, Jsé Güemes. Hablaba del paro y de los datos que el Ejecutivo de Zapatero presentó como positivos “Da la impresión de que los brotes verdes son de marihuana y se los ha fumado el Gobierno”.

Su compañero de partido, el veterano de la política catalana, Alejo Vidal Quadras, se mostraba mucho más contundente: “El gran obstáculo tiene dos letras: ZP. Aído sólo tiene una letra porque con dos, se haría un lío”.

“Debería presentarse como candidato a la Conferencia Episcopal”. Esta frase de Pepiño Blanco cierra el ciclo de disparates; no solo ha criticado con dureza al candidato popular Jaime Mayor Oreja por sus afirmaciones sobre al aborto y la defensa que hizo del prelado Cañizares, sino que se ha metido en un jardín lleno de espinas con el tema de los escoltas de Aznar. Pero eso no ha sido un disparate, sino un dislate.