Lo reconozco, es pura provocación. Este es un ejercicio que la prensa española de hoy ha tratado de disimular con tomas menos atrevidas, pero que en el fondo es la imagen que realmente les hubiera gustado publicar. El trasero de dos mujeres que tienen relevancia pública, sin pararse a valorar la conveniencia de mostrar esa imagen. Hasta ahí hemos llegado.

Evidentemente, no interesa el acto social ni político. Sólo el puro morbo de contemplar a una mujer como Carla Bruni que, se quiera o no, representa a una institución y a un país. Y no crean ustedes que han caído en este ejercicio periódicos de poco pelo o medios con audiencias escasas. No, nada más y nada menos, que el primer periódico generalista de este país se ha atrevido a publicar la imagen de la princesa Leitizia y de la primera dama de espaldas a la cámara de su fotógrafo. Una imagen muy criticada en esa misma casa, pero que quien más y quien menos ha discutido sobre la oportunidad de sacarla a portada.

En todas las tertulias de hoy, lo que prevale no es el mensaje que Sarkozy transmitió en la cena de gala de El Pardo, sino los vestidos que utilizó Carla Bruni y, por comparación, los que lució Letizia. Se ha diseccionado al milímetro de quién era el diseño, cómo se llama el modisto que viste a la primera dama francesa, de qué firma eran los zapatos que lucía en cada momento y hasta si llevaba sostén o no.

Ni tan siquiera el riesgo de la pandemia de la gripe porcina ha sido capaz de robar protagonismo a las fotos de Carla Bruni. Era evidente que la prensa española iba a prestar una atención prioritaria a la primera dama de Francia. Cosa que no sucedió hace unas semanas durante la visita que ella y su marido realizaron al Reino Unido. Fotos mucho más sobrias, incluso en los tabloides británicos que pasan por ser muy sensacionalistas. Debo reconocer también que hay quien sostiene que Carla Bruni fue mucho más discreta en su vestuario en la recepción inglesa, y que ahora ha querido lucir mucho más sus encantos que, evidentemente, no le faltan.

¿Se imaginan ustedes una visita de Obama a España donde las portadas de los periódicos le muestren de culo ante las cámaras? ¿Se vería esa imagen como una gracieta a la española? No hace falta que contesten, porque me imagino las respuestas. Y luego dicen que soy un cascarrabias.