Si hay una ciudad que se ha vuelto loca por el fútbol, no hay duda alguna, es Bilbao. Todo el mundo quiere ir a la final de Copa en Valencia, aunque sólo podrán asistir al campo para animar al Athletic unas 20.000 personas. Hasta el momento, 14.800 tienen garantizada la entrada, ya que salieron agraciados en el sorteo que organizó el club rojiblanco entre sus socios. Quedan en manos del Athletic y de los patrocinadoras unas 3.700 y otras 1.500 pueden caer del lado rojiblanco de entre las que se podrán adquirir en Valencia.
La Diputación Foral de Vizcaya sorteará las entradas que le corresponden como patrocinador del club el día 28, en un acto únicamente abierto a los medios de comunicación y en horario aún por determinar.. Pues bien, más de 170.000 personas, un 15% de la población vizcaína, se han inscrito para participar en el sorteo de derecho de compra de las 110 entradas para la final de la Copa del Rey, por las que se deberán pagar entre 50 y 140 euros.
Está bien claro que hay hambre de copa, no en vano la última final se jugó en 1984 y muchos aficionados nunca han conocido una situación como ésta. Pero no deja de ser sorprendente el interés que ha despertado entre la afición el partido de la final de la Copa del Rey.
Incluso no deja de ser sorprendente que haya tanta gente dispuesta a acudir a Valencia, ya que el partido se jugará en miércoles, un día laborable. Está visto que las empresas van a ser muy laxas con sus empleados y van a permitir a aquellos que dispongan de entrada faltar ese día al trabajo para poder ver el encuentro Athletic-Barça. No me creo que todos los que van a ir, sean estudiantes, mucho más dispuestos siempre a faltar a las clases. Hasta ahí, todo normal. ¿Pero qué van a hacer en la ciudad del Turia los otros 12.000 aficionados que se calcula acudirán el 13 de mayo a animar al Athletic sin ninguna posibilidad de acceder al campo?
Fútbol es fútbol, pero en este caso hay en juego mucho más de lo que supone el triunfo en el deporte. Hay un sentimiento rojiblanco, muy extendido especialmente en Bilbao y Vizcaya entera, y una necesidad de sentirse de nuevo importantes. La final de la Copa del Rey la disputaban el Athletic y otro club más, pero ahí estaba siempre el Athletic. De nuevo, los leones están en el escaparate del fútbol español. Y en estos momentos, disponer de una entrada para la final se ha convertido en un objetivo vital para muchos aficionados. Cueste lo que cueste, hay que estar en Valencia. Aunque no haya más entradas.