‘Homo homini lupus’. No me van a creer, pero el latinajo viene al pelo para esta curiosa historia que me he encontrado leyendo cosas por ahí. Si alguien ha pensado buscar la tranquilidad y la paz de espírtu en el espacio, que vaya cambiando de pensamiento. Resulta que el cosmonauta ruso Gennady Padalka acaba de denunciar públicamente que la vida en la Estación Espacial Internacional (ISS) ha dejado de ser un oasis de armonía multinacional debido a la mezquindad de los estadounidenses, que le han denegado el derecho a compartir recursos como su bicicleta estática para mantenerse en forma, e incluso su váter.
En efecto, hasta hace no mucho tiempo, los cosmonautas de la ISS compartían todo tipo de recursos, como si vivieran en una comuna, e incluso participaban en terapias y prácticas comunes, como los ejercicios gimnásticos. Había, asimismo, zonas reservadas que traspasaban sin pudor alguno y sin tener que pedir permiso al resto de los vecinos de la estación. Uno de esos elementos comunes era el váter que ahora han decidido vedar los americanos y que se reservan para su eclusivo uso.
Padalka ha criticado duramente a los estadounidenses en declaraciones al periódico ‘Novaya Gazeta’ por rechazar su petición de utilizar la bicicleta estática a bordo de la Estación Espacial. Además, lo que el cosmonauta considera especialmente ofensivo es que los norteamericanos han decretado una especie de ‘apartheid’ higiénico, de tal manera que los rusos sólo pueden usar su viejo módelo de retrete, mientras los estadounidenses tienen derecho exclusivo al nuevo váter que han instalado, mucho más cómodo y lujoso. “Lo que está ocurriendo tiene efectos muy negativos sobre nuestro trabajo”, se lamentó Padalka en declaraciones al citado periódico ruso, poco antes de ser lanzado a la Estación Espacial el pasado jueves desde Baikonur.
Padalka, que será el próximo comandante de la ISS, reconoció que las autoridades rusas tienen parte de la culpa, desde que en 2003 empezaron a cobrar a otras agencias espaciales por los recursos utilizados por sus cosmonautas. Fue en ese momento cuando la NASA y otros socios de la ISS optaron por hacer lo mismo frente a los rusos.
Ya se sabe que de aquellos polvos, vienen estos lodos y ahora el personal se resiste a ceder el uso de su retrete, no tanto porque se lo vayan a contaminar sino por el derecho reservado a otros potenciales clientes de pago. Cuaqluier día, en el lanzamiento de las naves aeroespaciales viajará un váter de esos que funcionan con moneda, aunque espero que se pongan de acuerdo sobre el tipo de metal que deberán meter en la ranura para hacer posible el acceso.