La crisis está golpeando con dureza y se lleva por delante miles de puestos de trabajo en todo el mundo. Centenares de empresas de nuestro país se han visto ya afectadas por este primer golpe, aunque los expertos aseguran que sólo es la punta del iceberg y que caerán más. Pero nadie había previsto el cierre de los negocios del placer, donde hasta los menos pudientes han buscado el consuelo que no obtenían en sus casas o en sus centros de trabajo.

Los empresarios de locales de alterne de España han reducido su facturación en un 40% en los diez primeros meses de 2008 debido a la crisis, lo que ha provocado una pérdida de unos 20.000 puestos de trabajo en el sector. El recorte del volumen de negocio se ha traducido en la pérdida de miles de empleos directos e indirectos, entre camareros, cocineros, empleadas de limpieza y vigilantes. “Son jóvenes abocadas a la prostitución a falta de otro trabajo”, ha explicado un portavoz del sector, quien asegura que en Valencia, Sevilla, Madrid y otras capitales de provincia se nota el aumento de mujeres que se entregan al oficio más viejo del mundo, para obtener los recursos económicos que les permita capear el temporal y sobrevivir a la crisis.

Lo que nadie del sector especifica, sin embargo, es si el número de clientes fieles en las casas de alterne ha subido en la misma proporción que el de mujeres que se dedican a facilitar ese consuelo del que hablábamos. Pero es evidente que si bajan las consumiciones, también bajará la frecuencia con que se reclama la compañía de estas señoritas o señoras. Vamos que el negocio del placer también se está resintiendo. Y quién lo iba a decir.

En España hay unos 15 millones de “varones potenciales clientes” de 400.000 prostitutas, es decir una por cada 38 hombres. La media de gasto en 2007 fue de 1.200 euros al año, lo que supone el movimiento de unos 50 millones de euros diarios, según aseguran las mismas fuentes.Quien sabe si el sector también requerirá del Gobierno medidas para paliar la crisis. Como los bancos.