Hoy mostramos un timelapse que acaba de publicar Fernando Cabrerizo, de la Sociedad Astronómica Syrma de Valladolid en la que destaca una luz, que en realidad es todo un simbolo. Un monumento a la estupidez humana.
La provincia de Zamora es uno de esos privilegiados lugares que aún mantiene un cielo que sobrecoge a quien lo contempla. Pero, lamentablemente, estos últimos años ha empeorado mucho, víctima del progreso mal entendido. Todo ello queda reflejado y resumido en una luz, esa que destaca en este timelapse. Se trata del pueblo zamorano de San Pedro de las Herrerías. Hace un tiempo colocaron esa luz en un pueblo con la idea de alumbrar la espadaña de una iglesia que nadie mira de noche (se trata de un pueblo de escasos habitantes y aún menor turismo). Un despilfarro energético absurdo que lo único que hace eficientemente es empeorar los maravillosos cielos alistanos. Ponemos ya el vídeo y luego como lo explica el propio Fernando en vimeo.
Noche en San Pedro de las Herrerías, Zamora (Spain) from fercapa on Vimeo.
Me interesaba hacer este vídeo por un lado para probar un Little Bramper (un dispositivo para variar el tiempo de exposición poco a poco según va anocheciendo), pero por otro para comprobar la contaminación lumínica del lugar y cómo es un tema que no preocupa en absoluto ni siquiera precisamente donde mejores cielos tienen y más deberían protegerlos.En los últimos años en esta zona de privilegiados cielos estrellados se van cambiando farolas de color naranja por otras de luz blanca, las peores para la contaminación lumínica no sólo para la astronomía, si no también para flora y fauna y para el descanso de las personas. Si ahora ya se ve la luz naranja de las localidades del horizonte, cuando las cambien todas a luz blanca va a parecer un día eterno sin ciclos de noche/día. Es muy triste que se asocie más luz con desarrollo, cuando lo único que hace es precisamente lo contrario.
De momento en San Pedro de las Herrerías instalaron un foco enorme para alumbrar la espadaña de la iglesia (en el vídeo el que más deslumbra en el pueblo cercano). Lo único que han conseguido es:
– Gastar un dineral en electricidad para iluminar 365 días al año una iglesia de poco interés artístico durante toda la noche, contraviniendo además la legislación sobre contaminación lumínica y ahorro energético.
– Empeorar la calidad del cielo, echándonos a los aficionados a la astronomía a otros lugares más oscuros.
– El pueblo ya no tiene cigüeñas, ya no anidan en la iglesia por culpa de ese foco.
A uno le produce una gran tristeza comprobar como la gente se echa piedras (o luz) sobre sus propios tejados, y lo que podía ser un motor más de riqueza para una zona cada vez más despoblada no sólo se ignora si no que además no se le da ningún valor. Así es el ser humano, preferimos gastar un dineral en contemplarnos el ombligo que admirar gratis la naturaleza y las maravillas del universo (y además poder cobrar por enseñarlo).