Como todos sabreis, Stephen Hawking hizo recientemente unas declaraciones en la presentación de la serie El Universo de Stephen Hawking, de Discovery Channel, en las que afirmaba que su mente matemática le indica que tiene que haber extraterrestres, pero que sería peligroso contactar con ellos. Al igual que los nativos americanos no salieron muy bien parados cuando los europeos llegaron a America, tampoco el encuentro con los alienígenas sería muy conveniente para nosotros. Deberíamos evitar el contacto, pues se trataría de extraterrestres nómadas que buscarían nuevos recursos, tras haber agotado los de su planeta de origen. Podéis ver lo que hay en este video.
En una próxima entrada comentaremos esta serie. Muy fantasiosa, por cierto. Pero, lo que sucede con Hawking es que, yo al menos, nunca tengo la certeza de que todo lo que aparece con su nombre sea realmente suyo. En este caso, por ejemplo, no he llegado a ver un video en el que Hawking haga las declaraciones. Solo se dice que las ha hecho.
De cualquier manera, la mejor respuesta a estas supuestas declaraciones de Hawking se las dió Eladio Otero, en el video que ya conocemos: “Stephen Hawking sabe moito de buracos negros, pero de aliens non ten nin puta idea“. El video iba luego por otros geniales derroteros, pero podría resumir la mejor respuesta que se puede dar a las declaraciones. Hawking sabrá mucho de lo suyo pero, en este tema de los extraterrestres, su opinión es una más y no tiene más valor que la tuya o la mía.
El Universo es inmenso. Como bien decía Carl Sagan, hay más estrellas en el Universo que granos de arena en todas las playas y desiertos de la Tierra. Si la vida ha surgido aquí y habiendo tantas oportunidades, ¿cómo no va a haber vida (incluso inteligente) por ahí?
Pero claro, una cosa es que existan civilizaciones inteligentes y otra poder contactar con ellas.
En 1974 el propio Sagan junto a Frank Drake hicieron un simbólico intento de comunicación con posibles civilizaciones extraterrestres que ponen de manifiesto cual es el problema. Con el famoso radiotelescopio de Arecibo, enviaron un mensaje a M13, impresionante cúmulo que se calcula conforman, al menos, 300.000 estrellas.
El problema es que estas estrellas se encuentran a unos 25 000 años luz. Lo cual quiere decir que el mensaje tardará ese tiempo en llegar a su destino. Si resulta que “alguien” capta el debilísimo mensaje y envía su respuesta, esta nos llegará dentro de … ¡¡50 000 años!!
Si cualquier noche miramos al cielo y elegimos una estrella al azar, lo más probable es que esta se encuentre a, por ejemplo, 400 años luz o más. Se estima que nuestra galaxia, la Vía Láctea, mide, aproximadamente 100 000 años luz. Y la galaxia más cercana, la vecina Andrómeda se encuentra a 2 000 000 años luz, nada menos. Y estamos hablando tan solo de lo que tenemos aquí “al lado”.
Estas brutales distancias son el principal obstáculo para el contacto con posibles civilizaciones extraterrestres. Por no hablar de que “vengan” o que “vayamos”. Hemos estado hablando, todo el rato, de la velocidad de la luz que, no olvidemos, en un segundo tiene tiempo de dar casi 8 vueltas completas a la Tierra. Nuestra velocidad de viaje será muy inferior.
Se puede tratar de evitar el problema hablando de superar la velocidad de la luz (completamente imposible de acuerdo a la Teoría de la Relatividad) o con los famosos agujeros de gusano. Sobre estos decir que son cosa de la ciencia ficción. Nada apunta a que tal cosa sea posible.
En fin. ¿Cual es, por tanto, la posible solución a la paradoja de Fermi? Pues, sencillamente, que las distancias en el Universo son completamente brutales. Los contactos sólo serían posibles entre civilizaciones que surgan al mismo tiempo en estrellas muy cercanas entre si.
¿Quién se apuntaría a un viaje a M13 que, suponiendo lo hiciéramos a la velocidad de la luz, nos llevaría 25 000 años?