Hemos de confesar que nos da muchísima pereza entrar en este tema. La idea del blog no es ir por aquí, pero ya que surgió en los comentarios de Operación Luna, entraremos en ello. No de manera sistemática, pues hay otras páginas web que tratan adecuadamente sobre ello y, sobre todo, el libro del amigo Eugenio Manuel Aguilar, La conspiración lunar, vaya timo. Libro que confieso no hemos leído. Para no pisar sus argumentos y que no sea esto un resumen de aquello. Lo leeremos a posteriori. Intentaremos aportar algo nuevo sin entrar demasiado en cosas que se pueden encontrar en otros lugares.
Conspiraciones, en el más amplio sentido de la palabra, han existido, existen y existirán siempre. Las cosas no siempre son lo que parecen. La victoria de Fernando Alonso en el Gran Premio de Singapur de hace un año tiene ahora otra pinta tras la salida Briatore de Renault. Parece que pudo haber algo más de lo que vimos por TV. Si algún día se conocieran las idas y venidas de maletines en el final de las Liga de fútbol y las consecuencias que tienen, se nos pondrían a todos los pelos de punta. Cambiando de plano, cuando Roberto Figurini (el nombre me lo acabo de inventar, que nadie se despiste) quiere que le suban la ficha, no es extraño que su representante haga llegar a los medios un supuesto interés del Sporting de Molín, totalmente falso, para forzar al equipo a sentarse a negociar. Por no hablar de políticos y sus tejemanejes. “Conspiraciones”, haberlas, haylas. Las cosas muchas veces no son lo que parecen.
¿Quiere esto decir que es posible que nos engañaran con aquel primer viaje a la Luna (y el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto y el sexto, que no solo hubo uno) de hace 40 años? Rotundamente, no. La gran diferencia es que en, el tema lunar, estamos hablando de Ciencia. Si realmente hubiera la más mínima duda, la más ínfima prueba que apuntara en ese sentido, serían los científicos quienes denunciaran el tema y lo persiguieran hasta sus últimas consecuencias. El fraude, en Ciencia, se persigue sin descanso. Se puede proponer la más descabellada de las teorías pero, si las pruebas no se soportan, te atacan directamente a la yugular. No se pueden tener casi 400 kilos de materia traída de la Luna en esas misiones Apollo circulando por ahí (parece que hasta a Franco le “cayó” un trozo), siendo falsos. Sabemos lo suficiente para distinguir un meteorito proveniente de la Luna de otro que viene de Marte o del cinturón de asteroides. Científicos hay de todos los colores, y si realmente hubiese lugar a la más mínima de las dudas, el tema se hubiese denunciado hace años.
Una de las “pruebas” más ridículas es el tema de que no salen estrellas en las fotos. Es un simple problema de exposición. Veamos la siguiente foto, año 97, cometa Hale-Boop desde Bergara (Gipuzkoa).
La idea fue sacar al cometa más espectacular de los últimos tiempos (con la salvedad, en mi opinión, del McNaugth, del que ya hablaremos) en un paisaje urbano, cosa difícil porque son raros los cometas que brinden esa oportunidad. Para poder sacar al Hale-Boop y las Pléyades (ese grupito en forma de carro chiquitín, que sale a la izquierda), la exposición (tiempo en el que está abierto el diafragma de la cámara), fue de unos segundos. Bien para el cielo, pero demasiado para la parte central, que sale sobre expuesta, quemada.
Pero la foto se pudo tomar, porque el entorno, en general, era bastante oscuro. El problema, en la Luna, es que su superficie es muy reflectante. Para hacernos una idea, similar a la nieve. En tales condiciones de iluminación, no podemos sacar bien el paisaje y el cielo al mismo tiempo. Como ejemplo, la próxima foto. En Oñati (Gipuzkoa), esos mismos días (marzo del 97, creo recordar) el cometa se situaba sobre la histórica universidad (que salió en las antiguas monedas de 25 pesetas, las del agujero). Pero con aquella fachada, tan iluminada, resultó imposible hacer una toma decente de cielo y paisaje. Salió esta cosa que veis aquí.
Lo intentamos arreglar a posteriori, pero no pudimos sacarle más partido que este:
O paisaje o cielo, hay que elegir. En las fotos que tiraron en la Luna, sale perfectamente el paisaje, los astronautas, los aparatos, pero la exposición es insuficiente para que se vean estrellas. Pasa incluso hoy en día. Veamos la siguiente foto.
Es la ISS, y no creo que nadie pueda dudar de que esté en el espacio, teniendo, como tenemos, la oportunidad de verla pasar casi cada día. Tampoco hay estrellas. Ni las veréis en cualquier foto de una nave en el espacio que podáis ver. Si queremos que la nave salga perfecta, la exposición es insuficiente para que se vean estrellas.
Aquí lo dejamos, por ahora. Alguna entrada más haremos, pero poquitas. Y me permitiréis no entrar en discusiones en los comentarios. Este tema puede alargarse casi hasta el infinito y pienso que es mejor concentrar las energías en otros temas más interesantes.
Para terminar, un pequeño homenaje a aquel precioso cometa que fue el Hale Boop y a aquellas películas fotográficas. Tenían el inconveniente de que nunca sabías que había salido hasta que terminar el carrete y rebelar las fotos al cabo de unas semanas, pero permitían hacer tomas como esta. También del año 97, esta vez desde el alto de Herrera, en Araba. Exposición de 5 minutos, con cámara en paralelo sobre telescopio para el seguimiento y película Kodack Panther.